Wanda Sports, que organiza carreras de resistencia y tiene un acuerdo con FIFA en Asia, puede permitirse perder algo de peso. Quiere recaudar 440 millones de euros en una OPV en Nasdaq. Las legiones de aficionados chinos y los beneficios potenciales de los Juegos de Invierno de Pekín de 2022 atraerán a los inversores. Pero tiene una pesada carga de deuda, que puede dar ventaja a sus rivales.

Dalian Wanda comenzó como un holding inmobiliario, pero se apuntó al frenesí chino por comprar en el extranjero. Solo en 2015, compró Infront, un grupo de marketing suizo dirigido por Philippe Blatter, sobrino del expresidente de la FIFA Sepp, y World Triathlon, que organiza eventos ironman. Y nació Wanda Sports.

El momento de la OPV es aceptable, a pesar de la desaceleración del mercado de emisiones deportivas en China, que creció un 11% anual entre 2014 y 2018, según un estudio de Frost & Sullivan citado en el folleto, y se espera que crezca casi un 10% anual hasta 2022, superando a una economía que se está enfriando, hasta alcanzar más de 9.000 millones de euros.

Hay muchos obstáculos. Primero, la deuda neta. En parte por las compras, tiene más de 800 millones de deuda, lo que equivale a unas potentes 6 veces el ebitda de 2018. Una parte de lo captado en la OPV la amortizarán parcialmente, pero los ingresos quedan planos al excluir las nuevas operaciones, y cayeron ligeramente en 2018 respecto al año anterior, según Aequitas Research. Además, hay compromisos que incluyen 1.300 millones en pagos debidos a lo largo de varios años por derechos de fútbol y otros eventos, independientemente de cómo los rentabilice la empresa.

Wanda se beneficia de un mecenas bien conectado, de una amplia gama de eventos y de relaciones duraderas. Eso ayuda a proteger sus compras del destino de empresas como MP & Silva, que se hundieron al irse sus fundadores. También aporta visibilidad en los próximos años. Pero con Alibaba y otros nuevos rivales como Twitter apostando por los derechos de streaming, tendrá que apretar para mantenerse en cabeza.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días