ZTE, el segundo mayor fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, ha anunciado el cese de sus principales actividades operativas como consecuencia de la prohibición impuesta por el Gobierno de EEUU a las empresas de su país de vender componentes a la firma asiática durante los próximos siete años, según informó en un comunicado remitido a la Bolsa de Hong Kong.

La empresa confía en la negociación política para que las autoridades estadounidenses levanten la prohibición, y lograr así «un resultado positivo en el desarrollo de los acontecimientos», pero en su nota es contundente: «Nuestras principales actividades operativas han cesado. Por ahora, la empresa mantiene niveles suficientes de liquidez y se adhiere de forma estricta a sus obligaciones comerciales sujeta al cumplimiento de la ley y la legislación». ZTE también insta a los accionistas a estar atentos a próximos anuncios sobre el asunto, según informa Efe.

La polémica saltó el pasado 16 de abril. Ese día, el Departamento de Comercio estadounidense anunció la prohibición a todas las compañías del país de vender componentes a ZTE de aquí a 2025. ¿La razón? el supuesto incumplimiento por parte de la compañía china del acuerdo que habían alcanzado en 2017 cuando se descubrió que ZTE había exportado productos a Irán y Corea del Norte.

La multinacional asiática fue obligada entonces a pagar una multa de 1.200 millones de dólares (por transgredir órdenes de comercio internacionales) y a tomar acciones contra los empleados que habían violado el acuerdo, algo que según la administración estadounidense no cumplió, lo que  llevó el pasado abril a impedir a las empresas de EE UU a hacer negocios con ZTE.

Tras esta imposición, el fabricante chino se quedó sin algunos proveedores clave como Qualcomm, que le suministra los chips para sus móviles. Pero el veto afecta a múltiples componentes de hardware y software que se utilizan los dispositivos de ZTE, por lo que el caso impacta también en otras compañías estadounidenses como Oclaro, Acacia, Finisar, Lumentum. 

ZTE calificó la sanción de Washington como «extremadamente injusta» y reivindicó que había aprendido de su experiencia pasada y había cumplido con lo acordado. Alertó además que la medida pondría en peligro tanto su propia subsistencia como la de sus socios, muchos de los cuales son estadounidenses.

El castigo impuesto a ZTE y otras medidas adoptadas frente a firmas como Huawei, el tercer mayor fabricante de móviles del mundo, demuestra la obsesión por el debilitamiento de EE UU ante el empuje económico y tecnológico de China, según advierten algunos analistas. A Trump no parece importarle que la medida impuesta a ZTE golpee a sus propias empresas, al prohibirles vender sus componentes durante siete años. «El castigo puede volverse contra sus propias compañías, pues las empresas chinas podrían buscar suministradores alternativas o desarrollar ellos mismos algunas de las piezas que precisen», alertan fuentes del sector.

En este sentido, a finales de abril la prensa china informó de que Huawei está desarrollando su propio sistema operativo, una alternativa a Android de Google. Al parecer, la compañía estaría preparándose para afrontar «el peor de los escenarios» ante la tensa situación comercial actual entre EE UU y China, y vistos los problemas de ZTE. Hay que recordar que Huawei también está bajo una supuesta investigación por parte de la Administración Trump, que prohibió a las operadoras AT&T y Verizon vender sus teléfonos, supuestamente por problemas de seguridad.

ZTE confía, aunque no lo dice expresamente, que pueda reactivar sus operaciones pronto. Un parón en esta industria de semanas o meses puede ser vital, pero el escenario no parece fácil en medio de la escalada de tensión comercial entre China y EEUU. Precisamente este fue uno de los temas de conversación que abordaron la semana pasada la delegación estadounidense que viajó a Pekín y las autoridades económicas chinas.

El equipo negociador encabezado por el viceprimer ministro chino, Liu He, habló con el norteamericano de las sanciones y, según informó Xinhua, la delegación liderada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se comprometió a trasladar la preocupación del país al presidente estadounidense, Donald Trump. Ambas partes, informa Efe, continuarán sus conversaciones próximamente en Washington.

Fuente: Cinco Días