El enfrentamiento entre el empresario murciano Trinitario Casanova y la cadena hotelera Riu sube un escalón. Este martes, la inmobiliaria Grupo Baraka ha solicitado de manera oficial tanto ante el área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, como ante los Juzgados de Primera Instancia, la paralización de las obras del Edificio España, según un comunicado de la compañía.

A finales de agosto, Casanova ya advirtió que demandaría a la cadena hotelera ante el conflicto surgido por la propiedad del área comercial, de 15.000 metros cuadrados, en los bajos del edificio, de la que asegura tener una opción de compra. Y amenazó a Riu con llevar a la empresa a los tribunales por la obra de reforma.

Baraka recuerda en el comunicado que el despacho de arquitectura RCCyP, como adelantó Cinco Días, ha renunciado a la dirección de la reforma. Pero va más allá. Dice que esa discrepancia surge por la “negativa de la propiedad de ejecutar todas las obras de refuerzo y consolidación estructural para adecuarlo a la normativa vigente, y que podrían poner en peligro la estabilidad del edificio, con los riesgos que ello supone”.

“Este criterio adoptado por Riu a buen seguro con el reprobable propósito de primar la reducción de costes y plazos de la ejecución de la obra, en detrimento de la seguridad del inmueble”, señala en el comunicado, “ha obligado a Grupo Baraka a solicitar la paralización de las obras no solo en su interés por el inmueble como adquirente de una parte del mismo, sino también por su interés por evitar, ante este preocupante escenario, una imperdonable catástrofe si la disminución de la seguridad del edificio derivase en cualquier siniestro”.

Está por ver si el tribunal o el Ayuntamiento de Madrid llegan a la misma conclusión que Casanova o rechazan la petición.

La historia reciente del inmueble es convulsa. El grupo chino Wanda compró el inmueble a Santander en 2014 y lo quiso demoler para volver a reconstruirlo. Algo que provocó el rechazo del Consistorio, ya que edificio de los años cincuenta está protegido. Finalmente, llegó Casanova, en verano de 2016, diciendo que había comprado el inmueble. Pero hasta mayo del año pasado no ejerció la opción de compra para transmitírselo a Riu, que construye allí un hotel de cuatro estrellas con capacidad para casi 600 habitaciones.

Pero en la venta, Riu dejó a Baraka como intermediario para buscar un operador para venderle la zona comercial. Sin embargo, la empresa mallorquina decidió venderle esa área, por 160 millones de euros, a Corpfin. Entonces fue cuando Casanova aseguró que él tenía una opción de compra y amenazó a la cadena con llevarle a los tribunales. Un paso que hoy ha cumplido.

Fuente: Cinco Días