La conclusión es rotunda: matar el acuerdo de libre cambio con México y Canadá hará daño a la economía de Estados Unidos y su tejido industrial. Así arranca un informe elaborado por la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor´s a una semana de que arranque la quinta ronda de negociaciones del TLCAN. Las nuevas tarifas arancelarias, señala, limitarán el comercio y la inversión.

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Nadie discute que el acuerdo debe modernizarse para adaptarse a la realidad económica. El objetivo del tratado debe ser agilizar precisamente los intercambios en el área. Pero si una de las partes decide no seguir, como amenaza la administración de Donald Trump, entrarán en vigor aranceles que repercutirán al alza en los precios. “Las rentas más bajas serán las que sufrirán más”, advierte.

El TLCAN permitió, además, desde que su entrada en vigor, una integración de las cadenas de suministro. El sector de la automoción es el mejor ejemplo en este sentido. Si se pierde, anticipan los analistas de S&P, las empresas de EE UU perderán capacidad para competir en el exterior y elevará los costes. Eso, a su vez, provocará que las compañías tengan menos necesidades de contratar trabajadores.

El fracaso en la negociación del TLCAN llegará, además, en un momento en el que la actividad manufacturera está a niveles históricamente altos. Beth Bovino, economista de S&P, precisa que la pérdida de empleo que sufrió la industria las últimas décadas se debe más a la automatización que al comercio. “Incluso si vuelven las fábricas, los empleos que se creen serán robots y no humanos”, dice.

“El retorno de la manufactura es un mito”, insiste, “es difícil aislar los efectos que el TLCAN tuvo en el comercio y la inversión de otros factores, como el rápido avance tecnológico y de la automatización”, insiste. Los cambios en la industria, insiste, “habrían sucedido con o sin el acuerdo”. “Lo que no se puede disputar es que creó 1,1 billones en intercambios o los 731.000 millones en inversiones en 2016”, destaca al hablar a favor de la renovación del tratado.

La quinta ronde de negociaciones comienza el miércoles de la semana próxima, en México. La última celebrada en EE UU mostró las importantes fisuras que hay en las discusiones. La posibilidad de que se logre un acuerdo se aplaza a comienzos del año próximo. Washington planteó nuevas reglas de origen para el sector de la automoción y abrió una vía para la expiración automática del tratado.

Fuente: El País