La junta de accionistas de Siemens Gamesa que se celebra mañana viernes se presenta caliente por los ataques de Iberdrola. El grupo eléctrico, que tiene el 8% del capital, ha acusado a Siemens, máximo accionista con el 59%, de querer cambiar la sede a fuera de España y de no haber cumplido los compromisos adquiridos en la fusión de Siemens Wind Power con Gamesa en abril del año pasado. La multinacional alemana lo niega todo de forma rotunda.

Según fuentes próximas al poderoso grupo alemán, nunca ha pensado en proponer el cambio de sede, con domicilio en la localidad vizcaína de Zamudio, ni modificar los compromisos a largo plazo. Entre una actitud a medias entre tender la mano y plantar cara a los ataques, esas fuentes han subrayado que, además de cumplir el contrato, las relaciones con Iberdrola son de continuo diálogo, entre otras cosas, porque la eléctrica española es uno de sus principales clientes.

Las fuentes, sin embargo, no han aclarado si “ese continuo diálogo” se ha producido después de que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, lanzara las embestidas y de que la eléctrica propusiera la inclusión en el orden del día de la junta de mañana la ratificación de la sede en España y el reforzamiento del gobierno corporativo para el otorgamiento de contratos.

El caso es que, desde que Sánchez Galán comenzó a poner en cuestión el acuerdo el pasado noviembre hasta la fecha, Siemens ha guardado silencio. Y se ha roto a dos días de la junta. El presidente de Iberdrola ha manifestado en distintos foros su desacuerdo con la gestión, que no se cumplían los compromisos, que se enteraba de los nombramientos por la prensa. Galán no se mostró nada contento de que el grupo alemán cambiara al presidente español (sustituyó al español Ignacio Martín por el alemán Markus Tacke) y a muchos dirigentes de la antigua Gamesa.

Conflicto sobre la mesa

Siemens ha recordado, en ese sentido, que tiene un representante dominical en el consejo, en el que también se sientan otros independientes españoles, que le pueden informar. Asimismo, cree que en lugar de hacer declaraciones en contra, puede plantear el conflicto en la mesa y tratar de solucionarlo. En caso de incumplimiento el acuerdo de fusión recoge que Siemens está obligada a comprar el 8% que posee Iberdrola a 22 euros por acción o al precio que cotice más un 30% de prima.

Las exigencias de Iberdrola pueden poner en cuestión, además, la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que no se tuviese que lanzar una opa por parte de Siemens, ya que superaba el umbral del 30% que obliga a tal circunstancia. En la decisión se ausentó el presidente del organismo, Sebastián Albella, que había trabajado anteriormente en Linklaters, el bufete que asesoró la operación.

Para Siemens, por su parte, la empresa de aerogeneradores fusionada va a ser una historia de éxito y la prioridad de la sociedad es ser el número uno del mercado eólico. También sostienen que respaldan al consejo de administración y que se reafirman en lo suscrito en el documento de fusión. Pese a estar satisfechos con la marcha de la empresa en este escaso año de vida, reconocen que no están contentos con la evolución en Bolsa, en el que acción llegó a estar a 22 euros y ahora cotiza a unos 13 euros. No obstante, las fuentes consultadas que esperan que la tendencia ya se ha invertido y que la acción se recuperará.

Fuente: El País