Francisco Riberas, presidente de Gestamp, se ha estrenado este martes como presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), lanzando una advertencia contra los populismos. «La fuerte crisis que hemos sufrido desde 2008 ha ocasionado graves problemas a muchas familias de este país y se ha generado un clima propicio para que la demagogia y los nuevos populismos culpen a las empresas de todos sus problemas y esto, en el contexto político actual, es peligroso», ha pronunciado Riberas ante la Asamblea de socios del IEF celebrado esta mañana en Barcelona.

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A juicio del que ya es el 13° presidente del Instituto en sus 26 años de vida, esa circunstancia hace que sea «muy importante trasladar el mensaje de la aportación clave que las empresas familiares durante la crisis, creando y manteniendo los puestos de trabajo e invirtiendo a pesar del riesgo». Ante eso, ha destacado que es fundamental que la sociedad conozca que esas empresas fueron en su día start ups que tuvieron éxito y han creado riqueza y que, por tanto, «hay que cuidar, defender y no atacar».

Según Riberas, defender y poner en valor en la sociedad la importancia de la empresa familiar es uno de los objetivos fundacionales del IEF que, sin embargo, «hoy todavía estamos lejos de alcanzar». En ese sentido, también ha reclamado unidad de todas las empresas y asociaciones para actuar coordinadamente y «combatir las tendencias peligrosas en la actualidad».

Riberas no ha hecho más incursiones sobre la situación política, económica y social actual. Aunque la organización ha elegido Barcelona como un gesto de apoyo a la empresa catalana por la incidencia del proceso independentista que ha generado el cambio de sede social de muchas de ellas, no ha habido ninguna mención a la situación catalana. En los comentarios de corrillos sí se comentó precisamente que ha cedido la presión por esta cuestión.

Lo que más preocupa a la empresa familiar ahora es la situación económica y la internacionalización. A juzgar por los resultados de la encuesta interactiva realizada entre los empresarios asistentes, la mayor parte de ellos catalanes, la situación económica ha mejorado respecto al año anterior, pasando de una nota de 5,88 a 6,39 sobre nueve. Asimismo, el 85% cree que a corto plazo habrá un moderado aumento de la actividad con una limitada creación neta de empleo, cuando el año pasado era el 80%. Por su parte, el grado de internacionalización es del 88% y el 66% producen en el exterior.

De acuerdo con esas previsiones, el 67% de las empresas estima que aumentarán las ventas este año (frente al 79% del año anterior), mientras un 30% cree que serán similares. Y que todavía mejorarán más en los próximos tres años. El 42% espera mantener (32% el año anterior); el 37%, incrementar la plantilla (frente al 50% del año anterior) y solo el 13%, reducirla. Las perspectivas son mejores para los próximos tres años, con un 12% con previsiones de reducir empleo. Por otro lado, el 63% prevé aumentar las inversiones, una cifra, sin embargo, menor del 75% de los dos años anteriores.

Fuente: El País