Altadis ha defendido hoy el sistema de monopolio que rige la venta minorista de tabaco en España, y que corresponde en exclusiva a los estancos, que realizan su actividad por concesión pública. El consejero delegado de la compañía, Jon Fernandez Barrena, ha afirmado que «el sistema actual se ha confirmado como el mejor modelo posible, por el control sanitario y fiscal sobre un sector que ingresa 9.000 millones a las arcas del estado». 

Una valoración que ha realizado en una jornada organizada por la compañía tabacalera para celebrar el 20 aniversario de la Ley de Ordenación del Mercado de Tabacos, que liberalizó ciertas fases del sector, como las de fabricación, importación o distribución al por mayor, pero no la venta minorista. Entonces, se decidió mantener el monopolio de la comercialización minorista a través de los estancos, que son propiedad del Estado. «Fue un reconocimiento al buen funcionamiento de la red, que garantizaba y garantiza la neutralidad ante todos los fabricantes, el abastecimiento a todo el territorio nacional y el cumplimiento de toda la normativa sanitaria», ha explicado Santiago Cid, quien fuera el primer presidente del Comisionado para el Mercado de Tabacos, órgano creado a raíz de dicha ley y que debate los intereses de los distintos agentes del sector.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia publicó a principios de año un informe sobre el anteproyecto de modificación de la ley antitabaco, en el que volvía a insistir en una medida que ya ha propuesto en diversas ocasiones, «suprimir el monopolio de la red de estancos o al menos reconfigurarlo de forma más competitiva».

 El director de la asesoría jurídica de Altadis, Ignacio Millán, ha defendido que «la clave no está en  la liberalización, sino en un abastecimiento estable y suficiente. No es lo mismo que el tabaco se venda en establecimientos dedicados  que en un supermercado, donde se convertiría en un producto de oferta permanente». En su opinión, el sistema de monopolio sirve de barrera del contrabando y, por tanto, del fraude fiscal: «En los pocos periodos en los que el tabaco ha estado «desestancado», la corrupción se disparó, y el Estado tuvo que recuperar el estanco debido a la pérdida de recaudación». El control sanitario y la prevención del tabaquismo entre los jóvenes son otros de los argumentos defendidos por Altadis. «¿Dónde se abastecen los menores que fuman? Si no se tiene en cuenta que sea a través de un adulto, lo hacen a través de establecimientos que venden de todo, incluido mucho alcohol. El sistema de estancos está pensado para blindar el acceso a los menores».

Apoyo del Gobierno

Un modelo que también ha defendido el subsecretario de Hacienda y Función Pública Felipe Martínez Rico, quien ha definido el sistema actual como «un buen modelo». «El monopolio sigue teniendo su interés, se actualizará. Y quiero encomdendar al sector privado que siga colaborando en la lucha contra el contrabando. Es algo que entendemos es un beneficio para todos los que participamos en esto», ha afirmado.

Fuente: Cinco Días