El texto del convenio para la planta de Opel en Figueruelas, que tendrá que ser votado en asamblea por los trabajadores, tiene una vigencia de cinco años y está vinculado a un plan industrial. Los sindicatos y PSA han acordado congelar los salarios en 2018, un aumento del 50% del IPC en 2019 y 2020 y del 60% en 2021 y 2022. Además, los trabajadores han conseguido que se continúe con la contratación de 170 compañeros que se iban al paro.

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La empresa había fijado este lunes como plazo límite para alcanzar un acuerdo sobre el nuevo convenio. Como elemento de presión, ante la enorme distancia que separaba a la compañía de las peticiones de los trabajadores, PSA anunció la semana pasada que, de no firmar el convenio, buscaría otra fábrica para producir el modelo Corsa, que supone más de la mitad de la carga de trabajo de la planta aragonesa.

Tras no conseguir avanzar demasiado durante el fin de semana y con el fin del plazo impuesto por la empresa muy presente, los sindicatos se reunieron este lunes con el grupo francés PSA de manera intensiva desde las 8.30 de la mañana para negociar un nuevo convenio. Ambas partes buscaban llegar a un acuerdo para el que sería el primer convenio después de que la compañía comprara la planta de Opel de Figueruelas (la marca europea de GM hasta entonces).

Según fuentes sindicales, poco antes de las nueve de la noche, han pactado con la empresa un preacuerdo sobre el nuevo convenio, a pocas horas de que terminara el plazo concedido por PSA. El texto aún tendrá que ser votado en referéndum por los trabajadores.

Desde primera hora de la mañana los sindicatos se mostraron optimistas en encontrar una solución que satisficiera a las dos partes. «Está muy difícil, pero no imposible», aseguraba José Carlos Jimeno, secretario general de la sección sindical de UGT en Figueruelas. Sin embargo, a lo largo del día los ánimos fueron flaqueando y los sindicatos se refirieron a las negociaciones como «muy duras».

Las partes llegaron a este lunes con la mayoría de los temas principales sin resolver. Cuestiones como las pausas en tiempos de trabajo, los salarios, los pluses de los trabajadores y los permisos y licencias, entre otros. Al caducar el convenio anterior en 2017, PSA buscaba introducir uno nuevo con el que «ganar competitividad» en la planta, lo que se traduce en reducir sus costes laborales para igualarlos a las otras dos del grupo en España: Vigo y Villaverde, en Madrid.

Fuente: El País