La industria aeronáutica tiene por delante una década con una serie de cambios que supondrán una “mega-disrupción” para el sector. Así lo asegura un estudio de Oliver Wyman, que indica que en 2028 habrá 38.000 aviones comerciales en servicio, es decir, 12.000 más que los que hay actualmente, un 46,1% más. El informe, al que ha tenido acceso CincoDías, asegura que el número de hubs internacionales, es decir, aeropuertos que sirven de enlace entre distintas rutas aéreas, pasará de 60 a 80, así como los ingresos por pasajero y kilómetro se incrementarán un 71%.

El estudio explica que las nuevas tecnologías y la demanda de los clientes va a generar un gran cambio en el sector y que las aerolíneas “deben abrazar rápidamente las ideas que trae la disrupción, o bien prepararse para enfrentarse a jugadores que se mueven más rápido”, señalan desde Oliver Wyman.

“Es imprescindible que los fabricantes consideren nuevas estructuras financieras y de propiedad, como arrendar en lugar de vender aviones, ofrecer paquetes de productos y servicios por suscripción. Un paquete ofrecido a una aerolínea, por ejemplo, podría consistir en un avión arrendado, un mantenimiento rápido, cambios de cabina regulares y fuentes de datos relevantes”, sigue el documento.

En el informe se destaca el caso chino, un país al que, según el sector, todavía le quedan diez años más para conseguir ser un competidor mundial en el segmento aéreo, pero que “ya ha demostrado su capacidad para acelerar su entrada en nuevas industrias”, como es el caso de la automoción, con la producción de baterías para vehículos eléctricos. China tiene un plan nacional con el objetivo de convertirse en un productor global en varios sectores de la industria pesada para 2025. En el caso español, por ejemplo, esta industria aspira a duplicar su facturación hasta 2025 para representar el 1% del PIB (actualmente supone el 0,77%). En 2017, el sector obtuvo un volumen de negocio de 8.947 millones de euros.

Esta revolución que anticipa el informe hará que las empresas del sector tengan que adaptarse a un mercado en continuo crecimiento. Es el caso de Airbus, uno de los mayores productores mundiales de aviones, que ha visto como año tras año han aumentado sus pedidos y entregas de unidades. La compañía ganó 3.054 millones en 2018, un 29,3% más que el ejercicio precedente.

A pesar de que la firma ha tenido unos buenos resultados, la empresa ha tenido que prescindir de algunos negocios, como la construcción del superjumbo A380, que dejará de fabricar en 2021, por no disponer de una cartera de pedidos sustancial. Partes de este gigante de los aires se ensamblan en las plantas que la compañía tiene en Illescas (Toledo), Puerto Real (Cádiz) y Getafe (Madrid).

En la reunión del comité de empresa europeo celebrado el pasado martes, la dirección de la firma explicó que este anuncio afectará a entre 400 y 500 empleos en España. Tanto sindicatos como fuentes de Airbus confían en que las personas afectadas puedan ser recolocadas en otros proyectos.

Aviones que se conducen solos

Impresión 3D. Oliver Wyman señala la importancia que tendrá la impresión 3D (como la incubadora para startups que usen esta tecnología que se estrenó la semana pasada en la Zona Franca de Barcelona). “Los tiempos de reparación se reducirán gracias a la impresión 3D de componentes. Esto permitirá que las piezas se fabriquen cerca de donde se reparan las aeronaves”, destaca. Además, según el documento, “la mayor disrupción” se dará con la conducción autónoma de aviones y por control remoto. El estudio señala que esta tecnología puede toparse con el rechazo de la ciudadanía y que puede resultar un desafío ganar la aceptación social. Boeing y Airbus están desarrollando drones que llevan pasajeros sin piloto.

Fuente: Cinco Días