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“Estábamos muy gordos, nos habíamos pasado y teníamos que hacer régimen”. Con esta frase ha justificado Juan Roig, dueño de Mercadona, la caída de los beneficios de la cadena de supermercados, debida al acelerón de la inversión, que se elevó a 1.008 millones de euros, de los que 667 millones fueron para la apertura y reforma de tiendas. El beneficio neto ha sido de 322 millones de euros, un 49% menos que el año pasado.

Lo que no se resintió fue la facturación, que creció un 6% respecto a 2016, hasta 22.915 millones de euros en ventas brutas. También ha crecido el número de trabajadores de la cadena, hasta los 84.000 a 31 de diciembre de 2017, frente a los 79.000 con los que cerró el año anterior, según ha explicado su presidente, Juan Roig, en la presentación anual de resultados en la sede de la empresa en Puçol (Valencia).

Fuente: El País