La crisis del coronavirus ha convertido a España en uno de los principales suministradores de carne de cerdo de China. Las ventas de carne porcina al gigante asiático se han multiplicado por cuatro en los dos meses transcurridos entre diciembre de 2019 y enero de 2020, según los datos que maneja la Secretaría de Estado de Comercio, pasando de 71 a 278 millones de euros en comparación con el mismo período.

Este crecimiento repentino empezó a forjarse durante el pasado ejercicio y tuvo su cénit en los meses de diciembre de 2019 y enero de 2020. A ello contribuyó definitivamente el brote de peste porcina detectado en el país asiático, que obligó a sacrificar al 60% de la cabaña y a elevar drásticamente las importaciones para garantizar el suministro. Buena prueba de ello es que las ventas de España cerraron el pasado ejercicio con un volumen de 1.072 millones de euros, lo que suponía un nuevo máximo histórico y triplicar la cifra alcanzada en 2018. De esa forma se convertía en el primer comprador de España, superando a Francia, ya que absorbió el 23% de las exportaciones españolas a todo el mundo.

Pero esas cifras aún crecieron con mayor intensidad en el último mes de 2019 y el primero de 2020, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Chino, como consecuencia de las dificultades para conseguir producto local. Esa carestía disparó las compras a terceros mercados y se aceleraron aún con mayor intensidad por el cierre de las principales industrias del país, como consecuencia de las medidas para controlar la epidemia del coronavirus que arrancaba en la provincia de Hubei.

El gigante asiático es el primer cliente de la industria española, al absorber un 23% de las exportaciones

De hecho, las exportaciones españolas de cerdo en diciembre de 2019 repuntaron hasta los 146 millones de euros, cinco veces más que el valor registrado doce meses antes (28 millones) y alcanzaron los 132 millones en enero de 2020, tres veces más que los 43 millones alcanzados en el mismo mes de 2019. En esos dos meses, China se ha convertido en el principal cliente de la industria porcina española, con un 32% y un 28% de las compras en diciembre y enero, respectivamente.

Una tendencia que se habrá repetido e incluso incrementado en febrero, toda vez que fue el primer mes en el que el cierre de las fábricas locales fue un hecho y el suministro a la población se hizo mayoritariamente con producto importado. Unos datos corroborados ayer por el Departamento de Aduanas de China, que reflejaba que las compras de carne de cerdo a otros países se incrementaron un 158% entre enero y febrero y marcaron un máximo mensual en diciembre, con 270.000 toneladas.

Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), matiza que ese crecimiento de las importaciones de China no es real, ya que durante los meses de enero y febrero de 2019 sacrificaron a una gran parte de la cabaña porcina, para evitar que se contagiaran de la fiebre, lo que hundió las compras al exterior durante esos dos meses y distorsiona la comparación. Pese a ello sigue siendo el mayor consumidor del mundo, con un 50% de la demanda mundial.

Fuente: Cinco Días