Bruselas vuelve a sancionar a Google. Y ya van tres en menos de dos años. Este miércoles, la Comisión Europea (CE) ha impuesto una multa de 1.490 millones de euros a la compañía por abusar de su posición de dominio en el mercado de la publicidad en línea a través de su plataforma AdSense for Search, que vende espacios para anuncios en páginas web de terceros. Un caso que se desencadenó por una queja de Microsoft en 2010.

La CE considera probado que el gigante de internet impuso «cláusulas restrictivas» en contratos con sitios web de terceros (periódicos, blogs o agencias de viajes) que impidieron a sus rivales (Microsoft o Yahoo, por ejemplo) emplazar en ellas sus propios anuncios relacionados con búsquedas. «Google ha consolidado su dominio en los anuncios ligados a las búsquedas y se ha protegido de la presión de la competencia mediante la imposición de restricciones contractuales anticompetitivas en sitios web de terceros», ha señalado en una rueda de prensa la comisaria de competencia Margrethe Vestager, quien ha resaltado que la «mala» conducta de la compañía duró más de 10 años [de 2006 a 2016]», negando a otras empresas la posibilidad de competir por los méritos e innovar.

«Esto es ilegal bajo las normas antimonopolio de la UE», continuó Vestager, que añadió que «no había razón para que Google [que se lleva una comisión por la publicidad gestionada en su plataforma] incluyera esas cláusulas restrictivas excepto para mantener fuera a sus competidores». 

La sanción llega después de que las autoridades europeas enviaran a Google en julio de 2016 un pliego de cargos por competencia desleal en la publicidad online de webs de terceros. Entonces, según la investigación de la CE, la compañía incluyó cláusulas exclusivas en sus contratos, de manera que se prohibía a las webs situar ningún anuncio de búsqueda de competidores en sus páginas de resultados de búsquedas. Vesteger también aclaró que, desde marzo de 2009, Google sustituyó gradualmente esas cláusulas con otras llamadas de «emplazamiento premium», que requerían a las páginas web reservar los espacios más rentables en sus resultados de búsqueda para los anuncios de Google. Es decir, que los competidores no podían acceder a esos puestos preferentes para situar su publicidad.

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La CE también encontró en sus pesquisas que desde marzo de 2009, el gigante tecnológico incluía igualmente cláusulas que pedían a las páginas web una aprobación por escrito de Google antes de hacer ningún cambio en la manera en que se mostraba cualquier anuncio de un rival, lo que implicaba que el gigante de las búsquedas «podía controlar lo atractivo que podían ser los anuncios de la competencia para hacer clic en ellos». La compañía puso fin a esas prácticas unos meses después de que la CE abriera una investigación formal. 

La multa impuesta hoy a Google es, en cualquier caso, la menos cuantiosa que inflige Bruselas a la empresa y supone el 1,29% de su facturación en 2018. Ello se debe a que el negocio de Adsense es más pequeño que el de búsquedas tradicionales. En junio  de 2017, el gigante de las búsquedas fue penalizado con una multa de 2.420 millones por favorecer a su servicio de comparación de precios, Google Shopping. Y en julio de 2018, recibió otra por 4.343 millones de euros por las restricciones que aplicaba a los fabricantes de móviles y tabletas con Android para favorecer sus propios servicios. 

En menos de dos años, Bruselas ha impuesto a la tecnológica estadounidense multas por algo más de 8.250 millones de euros, y son las tres más elevadas del Ejecutivo comunitario en toda su historia por monopolio. Google ha recurrido ante la justicia europea las dos primeras, pero aún no ha tomado una decisión sobre qué hará con la última. Los analistas admiten «lo abultado» de las multas, pero resaltan que «los beneficios obtenidos por la compañía con sus prácticas anticompetitivas son mayores». Solo en Bolsa, la compañía ha pasado de tener una capitalización de 530.000 millones de dólares en 2010 cuando arrancó la investigación a más de 848.000 millones hoy.

Más visibilidad a sus competidores

Tras conocerse la multa, Google, que controla el 75% de la publicidad de búsquedas online en la mayoría de mercados europeos, ha emitido una nota en que la que Kent Walker, su vicepresidente para Asuntos Globales y legales, asegura que «siempre hemos estado de acuerdo en que los mercados sanos y competitivos son algo que nos interesa a todos. Hemos hecho gran cantidad de cambios en nuestros productos para cumplir con las preocupaciones de la Comisión Europea. En los próximos meses, llevaremos a cabo nuevas actualizaciones para dar mayor visibilidad a nuestros competidores en Europa».

Google tambien anunció anoche, a sabiendas de que hoy Vestager podía imponerle una nueva multa, cambios en Google Shopping y Android. Respecto al primero, la compañía aseguró que han estado probando un nuevo formato que incluye links directos a otros comparadores rivales además de a ofertas de productos de las tiendas. Y, en cuanto al segundo, explicó que ha cambiado el modelo de licencia de Google por el que los fabricantes preinstalaban las apps de la compañía, hasta entonces gratuito, creando licencias separadas para Google Play, el navegador Google Chrome y para el buscador de Google, de pago.

Además, la compañía añadió que va a dar un paso más y que en los próximos meses, y a través de la Play Store, van a empezar a preguntar tanto a usuarios que ya tengan móviles Android como aquellos que lo compran por primera vez qué navegador y buscador querrían utilizar.

Hoy, Vestager ha dado la bienvenida a esos cambios introducidos por Google. «Vemos desarrollos positivos», ha dicho. Con esta última sanción la CE cierra los frentes que tenía abiertos contra la multinacional, aunque la comisaria de Competencia ha asegurado que está investigando las prácticas de la empresa en el mercado de búsquedas de empleo y locales tras haber recibido quejas sobre las mismas. La lupa de Bruselas sigue sobre el gigante tecnológico.

Fuente: Cinco Días