La banca es muy preocupada por la intromisión de las grandes empresas tecnológicas en el mundo financiero. Este temor está detrás de la implantación de Bizum (primer gran acuerdo entre competidores) y la puesta en marcha de las transferencias inmediatas. Hoy ha llegado el análisis del Plan de Acción Fintech de la Comisión Europea que pretende fomentar un sector financiero más innovador y competitivo, y el sector pida más ambición a los reguladores y supervisores.

La Asociación Española de Banca (AEB), poca dada a la crítica en general, dice que ve en la estrategia de Bruselas iniciativas «muy positivas y ambiciosas», pero también otras que, en su opinión, «posponen» la puesta en marcha de medidas concretas para conocer el impacto de las nuevas tecnologías y de las actividades de innovación tecnológica.

«El enfoque de la Comisión, prudente y justificado para algunas áreas, puede ralentizar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías en el mercado de servicios financieros europeos, al desincentivar su integración y debilitar su posición en el ámbito global». Los bancos temen que no puedan adaptar los nuevos productos tecnológicos dentro del ámbito bancario, mientras que las grandes tecnológicas avanzan y presenten aplicaciones desarrolladas y fáciles de usar.

El presidente del BBVA, Francisco González, comentó en el Foro de Davos, en enero pasado, que «probablemente la regulación no está preparada» para asimilar el enorme cambio que se avecina en la industria financiera. Preguntado por este nuevo contexto, marcado por la irrupción de las nuevas tecnologías -inteligencia artificial, blockchain o cadenas de bloques para garantizar transacciones por Internet- comentó que estos cambios han llegado sin que el marco regulador esté a punto.

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«Más ambición»

Apuntan que «una apuesta más ambiciosa por parte de la Comisión podría generar mayores beneficios para el mercado europeo. Es necesario que nuestras autoridades entiendan las oportunidades y los desafíos que ofrecen las nuevas tecnologías y el entorno regulatorio y supervisor se adapte con agilidad y con un enfoque innovador».

Y continúa diciendo: «El despliegue de un campo de experimentación europeo como catalizador de la innovación permitiría alcanzar uno de los principales objetivos compartidos por la Comisión y la industria bancaria: que la integración de las nuevas tecnologías se realice una forma segura para los clientes y el sistema financiero. Al mismo tiempo, permitiría dotar a la innovación europea de verdadera escala, superando las fronteras nacionales».

La banca recuerda a Europa que «la digitalización y el desarrollo tecnológico pueden mejorar la calidad y la variedad de los servicios financieros, completar el mercado y mejorar la eficiencia, toda vez que se adopten las medidas necesarias para el control y gestión de los nuevos riesgos que emergen del entorno digital».

Este plan presentado hoy es fruto del intenso trabajo de análisis emprendido estos dos últimos años por la Comisión, que ha contado con la aportación de la AEB en los procesos de consultas con el fin de que el sector financiero contribuya plenamente al impulso de la Agenda Digital europea.

En cualquier caso la AEB aplaude la voluntad de Bruselas de eliminar los obstáculos al uso de la nube o de facilitar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y el blockchain teniendo en cuenta las necesidades del sector financiero; así como la posible revisión de la
idoneidad del marco regulador vigente para garantizar la neutralidad tecnológica, entre otras medidas.

«La digitalización y el desarrollo tecnológico pueden mejorar la calidad y la variedad de los servicios financieros, completar el mercado y mejorar la eficiencia, toda vez que se adopten las medidas necesarias para el control y gestión de los nuevos riesgos que emergen del entorno digital», concluye.

González y Botín, preocupados

Este asunto ha sido recurrente en las declaraciones de los grandes banqueros. El presidente del BBVA, Francisco González, comentó en el Foro de Davos que «probablemente la regulación no está preparada» para asimilar el enorme cambio que se avecina en la industria financiera. Preguntado por este nuevo contexto, marcado por la irrupción de las nuevas tecnologías -inteligencia artificial, blockchain o cadenas de bloques para garantizar transacciones por Internet- comentó que estos cambios han llegado sin que el marco regulador esté a punto.

Por otro lado, la presidenta de Santander, Ana Botín, pidió que «el terreno de juego sea igual para todos. Si das un préstamo, das un préstamo, independientemente de si eres o no un banco. Y lo mismo debería aplicar si captas depósitos. Hay que valorar a quién se aplica la regulación». Con estas palabras, Botín reclamaba que los competidores no bancarios, como las tecnológicas financieras o fintech, tuvieran las mismas exigencias de capital y de regulación que los bancos tradicionales, porque, de lo contrario, pueden ofrecer precios más atractivos, según reclama el sector.

El plan de Bruselas consta de 23 medidas entre las que se encuentran la creación de un laboratorio de tecnología financiera en el que las autoridades europeas y nacionales se mantendrán en contacto con proveedores de tecnología en un espacio neutral y no comercial.

Fuente: El País