La firma de inversión estadounidense Rhône Group ha fichado como nuevo socio a José Manuel Vargas, que fue presidente de Aena entre 2012 y 2017. Vargas será el primer socio español de la firma que actualmente gestiona inversiones por más de 5.000 millones de euros en todo el mundo y que se ha convertido en el máximo accionista de la nueva Fluidra con el 42%, la nueva empresa resultante de la fusión de la empresa de piscinas española Fluidra y la compañía estadounidense Zodiac de maquinaria de piscinas, de la que será representante Vargas, según ha adelantado Expansión.

El nuevo socio también será responsable de la estrategia del grupo para sus inversiones en el mercado ibérico y Latinoamérica, y el responsable global en las operaciones relacionadas con el sector de las infraestructuras.

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Durante su etapa como presidente de Aena, Vargas puso en marcha la privatización de la compañía y llevo a cabo su reestructuración, el saneamiento de la deuda y la salida a bolsa del gestor aeroportuario. Sin embargo, dimitió el pasado septiembre por «motivos personales» y abandonó el puesto sin conseguir su aspiración de que el Estado cediera el control de la empresa a los socios privados.

Con anterioridad, Vargas había desempeñado diversos cargos en el grupo Vocento que culminaron con su nombramiento como consejero delegado del mismo grupo de medios de comunicación. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, también es abogado y censor jurado de cuentas. En 2015 fue elegido mejor Directivo del Año por la Asociación Española de Directivos (AED) y reconocido como la Personalidad del Año en el Ámbito Económico-financiero por El Economista.

El grupo Rhône Group está invirtiendo capital de sus fondos en una cartera diversificada de empresas en distintos sectores que incluyen productos químicos, de consumo, alimentación, envases, material especializado, servicios comerciales y transporte. Rhône también es conocido en España porque mantuvo conversaciones con los gestores del Grupo PRISA para comprar la filial de educación Santillana por unos 1.500 millones de euros, aunque la operación no llegó finalmente a concretarse.

Fuente: El País