El fondo soberano de Abu Dabi Mubadala dijo la semana pasada que no contratará a Goldman Sachs más allá de los compromisos actuales, por los litigios en curso sobre el escándalo de la malaya 1MDB. Pero esa frialdad podría ser manejable.

No es buena publicidad para el banco: Abu Dabi es el emirato más rico y poderoso de Emiratos Árabes Unidos, y un gran aliado de la superrica Arabia Saudí. El oprobio de uno de sus dos enormes fondos podría complicar futuros trabajos con grandes clientes como el otro fondo soberano, Abu Dhabi Investment Authority (ADIA), y la petrolera nacional. Incluso los clientes del sector público de la vecina Dubái podrían pensárselo dos veces antes de contratar a Goldman. En los últimos tres años, los Emiratos proporcionaron de media tres quintos de los ingresos por comisiones de la banca de inversión de Goldman en Oriente Próximo y el Norte de África.

Pero podría no ser desastroso a largo plazo. Los clientes del sector privado de Dubái siguen teniendo libertad para contratar a Goldman. Y aunque las privatizaciones de Riad, como la de Aramco, van lentas, el banco ya está asesorando al Fondo de Inversión Pública y a otras empresas saudíes. Qatar también puede proporcionarle más negocio en el futuro.

Una razón mejor para el optimismo de Goldman puede ser la forma que tienen los bancos de EE UU para capear estas tormentas. El jefe de JP Morgan, Jamie Dimon, desairó a la Iniciativa de Inversión Futura saudí tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, pero la entidad está asesorando a Aramco en una megaventa de deuda.

ADIA es un ejemplo vivo de cómo seguir adelante. Hace una década, dio 7.500 millones de dólares para ayudar a recapitalizar Citigroup, que necesitó más rescates, así que el fondo perdió su inversión. Luego, ambos se pelearon en los tribunales. Pese a ello, Citi ha encabezado la tabla de comisiones cobradas en EAU dos de los últimos tres años. Este tipo de capacidad para mirar más allá de las riñas puntuales significa que el tiempo de castigo para Goldman puede ser igualmente limitado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días