En una reunión de alto nivel que tuvo lugar ayer por la tarde y se ha prolongado hasta esta madrugada, las tres grandes compañías eléctricas han alcanzado finalmente un acuerdo para la solicitud de la prórroga de Almaraz I y II hasta noviembre de 2027 y octubre de 2028, respectivamente, con condiciones que las parte han considerado “asumibles”. Asimismo el acuerdo es válido para las centrales de Ascó II y Vandellós, de las que son titulares solo Iberdrola y Endesa.

Como ha avanzado hoy Cinco Días, la asamblea de socios de la planta prevista para ayer fue desconvocada y trasladada a esta mañana a cambio de una reunión en la que participaron tres directivos de mayor nivel en las compañías y a los que se había delegado todos los poderes para negociar. Han participado en la misma Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España; José Casas, director general de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa y Ana Peris, directora de Generación.

Los documentos oficiales del acuerdo se firmarán en la asamblea prevista para esta mañana, lo que pondrá fin al duro enfrentamiento que han mantenido las compañías desde el pasado día 12 en que terminaron de rubricar el protocolo auspiciado por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera y Enresa, para el cierre ordenado del parque nuclear español entre 2027 y 2035.

El escollo del acuerdo era el empeño por parte de Iberdrola y Naturgy, al que se oponía Endesa, de desistir de la licencia (la actual vence en junio de 2020 y hay que pedir la prórroga antes del 31 de este mes) si en el trámite de solicitud las condiciones que les pudiera imponer el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se tradujera en inversiones excesivas. Concretamente, según el plan de negocio firmado por todas ellas, 400 millones de euros por cada planta (360 millones en seguros y mantenimiento y 40 millones en revisiones periódicas) hasta el fin de su funcionamiento. Finalmente se ha fijado la inversión en 600 millones, los citados 400 millones más una holgura del 50%. 

Finalmente, según fuentes conocedoras del acuerdo, se ha mantenido este extremo, pero con inversiones mucho más elevadas, que permitirán, a la vez, cumplir el protocolo y que las centrales cacereñas sigan funcionando sin problema hasta las fechas previstas. También se establece como requisito que no se suban las tasas de gestión de los residuos de Enresa por encima del 20% ya previsto en el citado protocolo ni se les grave con más impuestos.

Por otro lado, se mantiene la unanimidad en las centrales, la cual impone su naturaleza jurídica, ya que están constituidas como agrupaciones de interés económico (o comunidad de bienes empresarial) y no una sociedad anónima. Una medida que favorece a Naturgy, que apenas tiene un 11% de Almaraz, frente a Iberdrola (el 53%) y Endesa (el 36%), pero los mismos votos.

Otro escollo de los dos socios aliados frente a Endesa, se ha salvado a favor de los primeros: que en la solicitud figure que la que ahora se solicita será la definitiva, para evitar la tentación de que la compañía que dirige José Bogas quisiera continuar. Lo cual, la eléctrica siempre ha negado. 

Fuente: Cinco Días