Correos ha notificado su intención de adquirir el 51% del operador portugués de paquetería Rangel Expresso, en la primera operación internacional que realiza la empresa pública española, según consta en una comunicado de la autoridad ee Competencia portuguesa.

«La operación de concentración en cuestión consiste en la adquisición por Correos Express Paquetería Urgente, del 51% del capital social de Rangel Expresso, controlada, directa e indirectamente, por Espera Investments. Correos y Espera pasarán a tener el control conjunto de Rangel», indica el comunicado.

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El regulador portugués aclara que la operación, adelantada por EL PAÍS, debe ser autorizada el Consejo de Ministros del Gobierno español, al tratarse de una sociedad 100% de capital público a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El importe de la operación no se ha hecho público.

Rangel Expresso cuenta con una flota de más de 200 vehículos en Portugal y tiene más de una docena de centros de distribución en el país. Correos tendrá que competir con el antiguo operador público CTT, y otros como DHL, Chronopost.

El propósito de la operación para Correos es rescatar el proyecto del mercado ibérico con el compromiso de entregar un paquete a cualquier punto de la Península Ibérica en un plazo inferior a 24 horas, para aprovechar el boom de la distribución que ha desatado el comercio electrónico y empresas como Amazon.

Serrano apuesta por el diésel

El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano.El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano.

El Gobierno de Pedro Sánchez quiere prohibir la matriculación y venta de vehículos que utilicen combustibles fósiles (diésel y gasolina e híbridos) a partir de 2040, pero Correos, que preside Juan Manuel Serrano, ex jefe de gabinete y amigo personal del presidente, parece que ha desoído este criterio.

Correos ha sacado a concurso la compra de un total de 289 furgonetas y furgones de combustión diésel de distintos tipos y tamaños para reemplazar parte de su flota de reparto por un importe total de 6,16 millones de euros.

Los pliegos del concurso público del contrato de suministro promovido por el operador postal público establecen que «todos las furgonetas y furgones dispondrán de motor de combustión diésel».

La sociedad pública Correos atribuye este hecho a que «no existe concurrencia» en el mercado, esto es, a que «no hay vehículos eléctricos que ofrezcan las características técnicas requeridas» por la compañía para la mayor parte de los vehículos del pedido, según explicaron a Europa Press en fuentes de la operadora.

El operador asegura que, no obstante, a la hora de elegir vehículos, «prima los criterios ambientales» y «selecciona los modelos que mejor combinen las prestaciones que necesita para realizar su actividad de reparto con la reducción de emisiones contaminantes».

Fuente: El País