El consumo de alcohol durante el embarazo causa daños irreversibles en el cerebro de los fetos. Es lo que se conoce como síndrome de alcohol fetal y tiene una alta prevalencia en niños españoles adoptados en el extranjero. Pero un estudio clínico realizado por el Servicio de Neonatología del Hospital Clínic-Maternitat de Barcelona halló un posible remedio en el té verde. Un compuesto de esta hoja mejora diversos aspectos cognitivos y conductuales en niños con trastornos asociados a esta enfermedad al año de tratamiento.

Aunque los resultados del estudio todavía son preliminares, permiten vislumbrar una terapia para una población que hasta hoy estaba desprovista de cualquier esperanza. Proyectos de investigación como este tienen un claro retorno social, pero requieren grandes sumas de dinero. En algunos casos, como el de las enfermedades raras, la escasa proporción de personas que las sufren hace que la inversión no sea rentable para los laboratorios, por lo que la contribución privada y desinteresada es fundamental para lograr avances.

En Estados Unidos, más de un tercio de los fondos para investigación proceden de inversores privados, porcentaje que va en aumento y diferencia al país norteamericano de muchos europeos. Además, los criterios de selección fijados por las entidades privadas para conceder ayudas, como la calidad de los trabajos, la meritocracia o el interés social de los proyectos, no siempre se encuentran en otros agentes de financiación.

Consciente de la importancia del aporte privado para la investigación científica en salud, la Fundación Mutua Madrileña lleva 14 años consecutivos apoyando ensayos clínicos realizados en hospitales pertenecientes a institutos acreditados. En total, la fundación ha dedicado más de 56 millones de euros al desarrollo de más de 1.300 proyectos en toda España, que han generado más de 3.000 publicaciones en revistas científicas y avances significativos en el conocimiento y tratamiento de diversas enfermedades. Adicionalmente, ha destinado un millón de euros a becas para profesionales sanitarios.

Rafael Matesanz, presidente del Comité Científico de la Fundación Mutua, y Elena Andradas, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación. Rafael Matesanz, presidente del Comité Científico de la Fundación Mutua, y Elena Andradas, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación. Fundación Mutua Madrileña

A inicios de cada año, la fundación lanza su convocatoria de Ayudas a la Investigación Científica en materia de Salud, que en las últimas ediciones ha estado dotada con cerca de dos millones de euros. Esta cantidad contribuye a poner en marcha una veintena de nuevos estudios o ensayos clínicos dirigidos a conseguir una mejora de los tratamientos médicos en cuatro áreas: trasplantes, enfermedades raras, traumatología y sus secuelas –especialmente las derivadas de accidentes de tráfico– y oncología. Además, la convocatoria incluye la concesión de unas ayudas especiales a proyectos de investigación realizados por especialistas del cuadro médico de Adeslas, la compañía líder en seguros de salud en España, perteneciente al Grupo Mutua Madrileña.

Así como al estudio del Clínic-Maternitat, el programa ha inyectado recursos a la búsqueda de nuevas vías para incrementar el número de órganos disponibles para trasplante, como la donación en parada cardíaca controlada, lo que ha permitido el fuerte aumento de donantes que se ha producido en España en los últimos años (pasaron de 5 en 2011 a 300 en 2016). También gracias a una ayuda de la fundación, el Instituto de Biomedicina de Sevilla, en colaboración con varios hospitales andaluces, ha comprobado la utilidad del trasplante de médula ósea del propio paciente para recuperar el cerebro dañado por un ictus.

El primer exoesqueleto infantil, en fase de prueba

El equipo del doctor Encimas, del Hospital Universitario La Paz, recibió una ayuda de la Fundación Mutua para su investigación. El equipo del doctor Encimas, del Hospital Universitario La Paz, recibió una ayuda de la Fundación Mutua para su investigación. Fundación Mutua Madrileña

Los trabajos son seleccionados por el Comité Científico de la Fundación Mutua, que dirige el doctor Rafael Matesanz, de acuerdo con criterios de interés científico e impacto social, si bien también se tiene en cuenta que el estudio esté liderado por investigadores de menos de 40 años, con el objetivo de impulsar sus carreras profesionales. Junto al doctor Matesanz, los profesores Miguel Caínzos, Antonio Torres, Anna Lluch y Fernando Marco forman parte del comité en calidad de vocales.

Entre los varios proyectos esperanzadores que apoya la Fundación Mutua está el que probará el primer exoesqueleto infantil, desarrollado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en niños con atrofia muscular espinal (AME), una enfermedad rara que en España afecta a uno de cada 6.000 nacidos y que provoca una debilidad muscular generalizada que impide que los niños puedan caminar. La AME tipo 2 se diagnostica entre los 7 y los 18 meses de vida y los niños que la padecen no llegan a caminar nunca.

La Fundación Mutua Madrileña financia el primer ensayo clínico con esta moderna tecnología española que lidera el doctor Gustavo Lorenzo, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria de Madrid, y que permitirá que niños que no son capaces de caminar tengan la posibilidad de mantenerse de pie y andar de forma independiente.

Fuente: Cinco Días