Zamora Company ha vivido tres meses trepidantes. La propietaria de las bodegas Ramón Bilbao o Licor 43 ha cerrado la compra de cuatro nuevas marcas, entre ellas Lolea, para ampliar su portafolio. Ahora, el objetivo es consolidarlas y preparar los próximos años de crecimiento, especialmente internacional, con meta de llegar a China en el horizonte.
El director general del grupo familiar, Emilio Restoy, explica que ultima la creación de una estructura comercial en el país asiático con un socio local para preparar su aterrizaje en dicho mercado. “Es un país muy interesante pero a la vez complicado entrar. Será muy relevante para nosotros a largo plazo”, subraya.
A corto plazo, Restoy asegura que el objetivo es integrar las nuevas marcas en el funcionamiento de la empresa. Ya este año se notará el impulso de las adquisiciones, puesto que se prevé crecer un 19%, frente a la facturación de 2017, cuando se alcanzaron los 160 millones en ingresos. Sin las nuevas marcas el incremento sería del 6%. El directivo explica que el objetivo es alcanzar en 2020 una facturación que oscile entre los 220 y los 230 millones de euros, lo que supondrá un avance de cerca del 40% frente a 2017.
En el crecimiento que vive la empresa juega un rol fundamental la venta fuera de España. “Hace dos años el consejo tomó la decisión de emprender la internacionalización del grupo”, apunta Restoy. En la actualidad, el 45% de los ingresos de Zamora Company proceden del exterior. “Nuestro objetivo es que alcance entre el 55% y el 60% para 2020”, apunta el directivo.
Más allá de la apuesta a largo plazo para el mercado chino, Restoy asegura que los mercados en los que centrará su actividad son Alemania, Reino Unido, Holanda, los países Escandinavos, México, EE UU, Sudamérica, y Australia.
En ese objetivo de crecer fuera de España se encuadran las cuatro adquisiciones que ha cerrado en los tres últimos meses. “Llevábamos mucho tiempo trabajando en ello, pero ha coincidido que todas se han cristalizado a la vez”, apunta. Estas compras incluyen la marca de whisky estadounidense Yellow Rose, la ginebra británica Martin Miller’s, la española Lolea, y el limoncello Villa Massa. Restoy asegura que se han centrado en “empresas pequeñas, jóvenes, en el segmento premium y con un equipo directivo que permanezca al frente de la compañía”. A partir de ahora no se plantea nuevas compras, “salvo en casos muy estratégicos y cosas muy pequeñas”.
La compañía no ha aportado el valor de estas operaciones, pero Restoy asegura que se han nutrido de recursos propios y de financiación externa. Sin embargo, defiende que el objetivo es seguir siendo una empresa familiar y descarta la entrada de un socio, pese a que “hemos recibido acercamientos”.
La compañía se prepara además para emprender un aumento de la producción en algunas de sus marcas para poder cubrir el impulso que prevé en ventas. Es el caso del whisky Yellow Rose, cuya destilería se ha quedado pequeña y el grupo ya prevé empezar a construir una ampliación en Houston a partir del año que viene. Además, aumentará la producción en Galicia, donde cuenta con la bodega Mar de Frades. En el caso de Ramón Bilbao, la compañía no prevé aumentar la producción en cantidad, pero sí reposicionar a la marca para lograr un mayor valor.
El calor y Cataluña frenan el consumo
Espirituosas. Emilio Restoy, responsable de Zamora Company, reconoce que en 2017 se ha frenado el crecimiento del consumo en España. El directivo achaca esta evolución menos positiva a las altas temperaturas, que van en detrimento de las bebidas espirituosas, y a la situación política en Cataluña.
Impuestos. Además, el directivo subraya que la subida de impuestos a las espirituosas en 2016 ha tenido un “impacto muy fuerte” en el sector, ya que ha provocado una subida de precios. “Ha sido parte del freno del sector y es una desventaja competitiva con otras bebidas como la cerveza”, apunta.
2018 positivo. El directivo confía en que este año se vuelva a cerrar en positivo “si hay estabilidad”.
Fuente: Cinco Días