El debut a la baja en la Bolsa de SoftBank ha condenado el ya inestable mercado japonés de las ofertas públicas de venta. Las acciones de SoftBank Corp, la unidad de telecomunicaciones doméstica del grupo, cayeron ayer bruscamente en su primer día de negociación. Ha sido un mal año para las emisiones en Tokio, pero el lanzamiento, de 24.000 millones de dólares, el más grande de la historia del país, podría haber reactivado el entusiasmo si hubiera tenido un precio razonable. Desafortunadamente, el jefe, Masayoshi Son, se la jugó demasiado. Ahora se lo ha puesto más difícil al resto de la cola.

El rendimiento de las empresas japonesas que han salido a Bolsa este año ha sido desalentador. En conjunto, han bajado en aproximadamente un 10%, según la plataforma Dealogic, en comparación con las ganancias del 2% y el 6% de las que disfrutan los debutantes en las Bolsas de valores de Nasdaq y Londres, respectivamente. Esas cifras ni siquiera incluyen el mercado Mothers, que está teniendo un gran crecimiento, pero donde el mercadillo online Mercari, que recaudó más de 1.000 millones de dólares en junio, ha perdido el 30% de su valor desde entonces.

El enfoque agresivo de Son es en parte el culpable. Para empezar, fijó un precio “tómalo o déjalo” para las acciones en lugar de un rango y exigió una gran prima respecto a sus pares.

A pesar de la preocupación por la relación comercial de la unidad de telecomunicaciones con el fabricante chino de equipos Huawei y la inminente entrada de la empresa local de comercio electrónico Rakuten en el sector, los inversores minoristas japoneses, atraídos por los cuantiosos dividendos, se amontonaron en el tramo de aproximadamente 20.000 millones de dólares reservado para ellos. Ahora están perdiendo hasta los kimonos. Las acciones se pusieron de inmediato por debajo del precio de la oferta pública de venta y bajaron hasta un 10% en la negociación matutina.

Las minoristas japoneses solían tener buenas razones para que les gustaran las salidas a Bolsa. Los datos de Dealogic muestran que los inversores de las OPV de Tokio de los últimos tres años han disfrutado de ganancias considerables de dos dígitos de promedio; las de 2017 han devuelto más de un 20% de ganancias hasta la fecha, en comparación con un aumento del 5% en el índice de referencia Topix.

Pero el fracaso de alto perfil de SoftBank no solo es doloroso para las partes interesadas que creyeron en Son, sino que también causará daños colaterales a otros aspirantes a la inclusión en Bolsa, bitFlyer, una casa de cambios de bitcoins, y Kantatsu, que fabrica lentes de cámaras para Apple.

Con la caída de los índices bursátiles mundiales y el aumento de las tensiones comerciales, va a ser difícil atraer de vuelta al mercado de OPV a la señora Watanabe (como se denomina a los inversores minoristas en Japón).

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días