El Banco Central de Italia ha prohibido a la entidad holandesa ING aceptar nuevos clientes en el país después de un informe en el que se han señalado problemas en el sistema contra el blanqueo de dinero del banco holandés, según informó Efe.

En un comunicado, la entidad central de Italia explicó que la clientela actual «no se ve afectada por la disposición». Esta disposición fue adoptada tras las inspecciones realizadas entre el 1 de octubre de 2018 y el 18 de enero de 2019, «de las cuales surgieron deficiencias en el cumplimiento de la legislación sobre lavado de activos».

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En la nota se explica que ING Bank ha anunciado que ya está participando activamente en el fortalecimiento de sus sistema global de control antiblanqueo y que se ha comprometido en lograr rápidamente un plan de remedio para abordar y eliminar las deficiencias.

En un comunicado interno, la entidad holandesa afirma que «analizará los hallazgos» con el Banco de Italia y tomará «las medidas necesarias para mejorar los procesos y la gestión de los riesgos de cumplimiento» y que «trabajará arduamente para abordar las deficiencias y resolver los problemas identificados», como le exige el supervisor. Admite que no podrá admitir nuevos clientes hasta implantar las mejoras reclamadas.

Problemas de gobernabilidad y cumplimiento

«Las medidas en Italia se encuentran en el contexto de los pasos que ING anunció en septiembre de 2018 para mejorar su gestión de los riesgos de cumplimiento e integrar una mayor conciencia en toda la organización», añade la entidad holandesa. Este programa comenzó en 2017, dice, y afectará a las políticas de cumplimiento, las herramientas utilizadas, el monitoreo y la gobernabilidad, es decir, todos los aspectos clave del proceso de vigilancia y previsión del blanqueo de capitales.

Por último, añade que ING se compromete a llevar a cabo su negocio con integridad y que «tomará las medidas adecuadas» cuando haya identificado los problemas, «en estrecha cooperación con las autoridades supervisoras y reguladoras».

El año pasado, ING aceptó pagar una multa de 775 millones de euros en Holanda para cerrar una investigación sobre los fallos de las políticas de diligencia debida entre 2010 y 2016, lo que llevó a la salida del entonces director financiero, Koos Timmermans. 

Fuente: El País