Cuando se habla de cambio climático se suele poner el foco en uno de sus principales culpables, el transporte por carretera. Pero este es solo una parte del problema. Entre 2000 y 2015, las emisiones de las casas y de los comercios en las ciudades de la UE se han mantenido estables, según un estudio de la Agencia Europea del Medioambiente (EEA, por sus siglas en inglés).

Los locales comerciales, las instituciones y los hogares son responsables del 57% de las emisiones de partículas, del 47% del monóxido de carbono y del 14% del dióxido de nitrógeno (en este rubro, los principales contaminadores son los coches, con un 39%). En Fegeca, la asociación de fabricantes de generadores y emisores de calor (en la que se encuentran empresas como Daikin, Ferroli o Ariston), calculan que el 85% del parque de calefacciones español es ineficiente y contaminante. “Actualmente, entre el 10% y el 15% de las calderas murales (las que se utilizan normalmente en apartamentos) son de condensación. Una tecnología que permite ahorrar hasta un 25% de consumo de energía y emite un 35% menos de CO2”, asegura Vicente Gallardo a CincoDías, presidente de Fegeca.

No existen en España ayudas económicas a nivel nacional destinadas a la renovación del parque. Gallardo dice que el sector recibe apoyo por parte del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) para promocionar acciones que promuevan la eficiencia energética, pero no hay un programa como fue el plan PIVE en el motor, que contribuyó durante años a que el parque de coches se fuese renovando. En Fegeca explican que, sin embargo, sí que hay ayudas por parte de los Gobiernos regionales de las comunidades autónomas de Madrid, Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Aragón y Asturias.

“Uno de los principales problemas es el desconocimiento. La gente no sabe qué eficiencia tiene la caldera de su casa”, comenta Gallardo. Por eso, Fegeca pide que se etiqueten todas las calderas del parque actual, que es de aproximadamente unos nueve millones de unidades. Gallardo argumenta que si los usuarios supiesen el grado de eficiencia de sus calderas, cuando estas se rompan, decidirían comprar una nueva en vez de gastar en arreglar la que ya tienen.

El sector en la UE

Según Bruselas, la mitad de la energía consumida en Europa se emplea para calefacción y climatización, y gran parte de ella se desperdicia. El 65% del parque de calderas instalado, que asciende a más de 120 millones de aparatos, “es viejo e ineficiente”, según Fegeca. El 85% de la energía consumida en los edificios se destina a calentar los apartamentos y el agua. La Asociación Europea de la Industria de la Calefacción (EHI) encargó un estudio a Ecofys, en el cual se afirma que el 30% de las emisiones de CO2 de la UE las producen las casas.

EHI estima que con la tasa de reposición de calderas actual, que es de una media del 4% al año en Europa, el parque tardaría en renovarse no menos de 25 años. “El análisis de Ecofys indica que las actuales normativas son insuficientes para alcanzar los objetivos”, declaran en Fegeca.

“Es un mercado muy regulado. Las acciones del sector no se han comunicado apenas, pero en la última década se ha luchado por reducir las emisiones del sector”, apunta Gallardo, en referencia a que se da mucha más relevancia en los medios a otros sectores, como el motor, cuando se habla de luchar contra el cambio climático. Respecto al estudio de la EEA, Gallardo señala que ya se debería notar una reducción en las emisiones de los hogares. “Pero si siguen aumentando el número de casas y comercios, aunque sean más eficientes, al ser más, puede que en valores absolutos la contaminación sea la misma o mayor”.

Gallardo explica que en otros países de Europa se toman medidas para rejuvenecer el parque. En Alemania existe un plan renove, por el cual el usuario recibe una ayuda económica estatal para cambiar de caldera. En Italia, el cliente puede desgravar la factura de la nueva instalación cuando le toca pagar el IRPF. Gallardo asegura que dentro de unos años las calderas instaladas en las casas del boom de la construcción serán un problema, ya que en 2008 las calderas murales de condensación apenas representaban el 0,6% de las ventas.

El peso del sector en España

450 millones en exportación. Fegeca cifra que el sector, incluyendo dentro de él la calefacción, el aire acondicionado, la refrigeración y la instalación de equipos, facturó el año pasado 3.400 millones de euros. Sus exportaciones alcanzaron un volumen de 450 millones y emplea a 19.500 personas en España. En 2017 se comercializaron en el país 280.000 calderas murales de condensación.

Si condensa, compensa. Fegeca lanzó una campaña en 2015, cuando entró en vigor una normativa europea que obligaba a que todas las calderas de nueva instalación sean de condensación o más eficientes, que se llamó Si condensa, compensa. Con esta campaña, la asociación quería mostrar a los usuarios las ventajas de adquirir una caldera de condensación, gracias a la cual, según el sector, se puede ahorrar hasta un 25% en la factura del gas. En ella, Fegeca también informa de las ayudas que hay por comunidades autónomas destinadas a incentivar la compra de instalaciones más eficientes. Gallardo dice que esta iniciativa, que fue subvencionada por las empresas del sector, intentó mostrar a los ciudadanos “que existe una tecnología más eficiente y madura”, pero no tuvo todo el impacto que hubiesen querido en los medios.

Fuente: Cinco Días