Hace unos días, el Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital informaba de que el precio de la electricidad en 2018 descenderá respecto a 2017, aunque no llegó a dar una cifra sobre la magnitud de dicho descenso. Estimar la factura de la luz en 2018 no es complicado. En el caso de los consumidores acogidos a la tarifa regulada PVPC, basta con tomar como referencia las cotizaciones de los mercados a plazo de electricidad, y aplicar los coeficientes, peajes e impuestos que corresponden. El resultado de dicho ejercicio, tomando los precios de los mercados de futuros el día de la intervención del Ministro, es que en 2018 la factura de un consumidor representativo acogido a la tarifa PVPC, con 4,4 kW de potencia contratada y 3.000 kWh de consumo, se situará en unos 692 euros (57 euros al mes), impuestos incluidos.
Esto es exactamente lo mismo que lo que habría pagado en su factura en 2017. Por lo tanto, contrariamente a lo que dijo el Ministro, los mercados a plazo no apuntaban a una reducción en el precio de la electricidad en 2018, sino a que se mantendrá en el mismo nivel que en 2017. Posiblemente basó sus afirmaciones en los precios del mercado a plazo a mediados de enero, y dichas previsiones habrían efectivamente arrojado una previsión de reducción en las facturas, aunque de apenas un par de euros en el conjunto del año. Y si se toman como referencia los precios de los mercados a plazo el día que se publique este artículo, la previsión de precios será nuevamente distinta. Por otra parte, es evidente que el precio real en 2018 puede no coincidir con las previsiones del mercado a plazo, sino que puede ser mayor o menor, por ejemplo si el precio del gas o del carbón, la hidraulicidad, o la demanda son distintos de lo actualmente previsto. Por ello, la factura de los consumidores acogidos a la tarifa regulada PVPC puede incrementarse o reducirse, según el precio que acabe aflorando en el mercado de generación.
Naturalmente, esto no afecta a los consumidores que hayan firmado contratos de suministro a precio fijo con comercializadores en el mercado libre. Para estos consumidores, su factura dependerá del contrato que hayan firmado con sus comercializadores, pase lo que pase en el mercado de generación. Por ello, los consumidores que no deseen estar expuestos a las fluctuaciones en el precio del mercado de generación no tienen más que contratar una oferta de un comercializador libre. Los consumidores que se queden en la tarifa regulada PVPC podrán beneficiarse si los precios del mercado de generación resultan ser menores que los previstos, pero no podrán quejarse si ocurre lo contrario y los precios del mercado de generación resultan ser mayores que los previstos.La volatilidad en el precio es algo consustancial a los mercados energéticos, y es necesario que los precios del mercado puedan incrementarse para garantizar el suministro. En efecto, si los generadores anticipan que el precio del mercado generación puede subir, ahorrarán los escasos recursos hidroeléctricos y se esforzarán por comprar gas en buques metaneros en el mercado internacional al precio que haga falta para asegurar el suministro. Por el contrario, si no se permite que el precio del mercado de generación se incremente, se desincentivan las compras de gas y la gestión de los embalses no es la óptima. Esto evita la subida del precio, pero reduce la seguridad de suministro (como ha ocurrido en los supermercados de Venezuela).En enero pasado el precio del mercado de generación español llegó a 100 €/MWh y salió en todos los periódicos y tertulias.
El Ministro alimentó el pánico con predicciones sobre el impacto en las facturas, que resultaron ser desproporcionadas. En los EEUU, la pasada ola de frío ha hecho que el precio supere los 300 dólares/MWh en los principales mercados eléctricos de la costa este (PJM y NYISO). Lo mismo ha ocurrido en el centro de Europa. Desde la llegada del periodo invernal, el precio del mercado de generación en Alemania ha alcanzado los 125 euros/MWh, 200 euros/MWh en Francia y 330 euros/MWh en Bélgica. En todos estos países los reguladores aceptan que el precio del mercado está fuera de su control y que, en condiciones de alta demanda o problemas de suministro, es normal que los precios de la energía se incrementen.
Hace 20 años que el precio del mercado de generación fue liberalizado en España, fijándose desde entonces por la interacción de la oferta y la demanda. El problema de entrar al juego de medir el éxito de la gestión de un ministro de energía en función de la evolución de las facturas de los consumidores es que termina llevando a la intervención del mercado. Y la intervención acaba ahuyentando la inversión, creando ineficiencias y problemas de suministro, en perjuicio de los consumidores.En este contexto, trabajar en el interés de los consumidores consiste en crear las condiciones necesarias para que el suministro eléctrico se efectúe de forma eficiente, dejando a la CNMC hacer su trabajo.
Por ello el Ministro debería evitar caer en la tentación de especular sobre la evolución de las facturas, sino que debería aprovechar sus intervenciones ante los medios de comunicación para educar a los consumidores, informándoles sobre sus alternativas al suministro regulado, donde pueden asegurar un precio fijo con un comercializador, como las tarifas planas que tenemos con nuestros teléfonos móviles.Por lo tanto, ¿cómo va a evolucionar la factura de la luz en 2018? En el caso de los consumidores que han contratado su suministro con comercializadores libres, dependerá del contrato que hayan firmado. Y en el caso de los consumidores acogidos a la tarifa PVPC con comercializadores regulados, la verdad es que ni un ministro lo sabe.
Óscar Arnedillo Blanco es Director Gerente de NERA Economic Consulting
Fuente: Cinco Días