Hacer la compra en el súper, machacarse en el gimnasio o dejar a los niños en la guardería. Estas actividades tienen algo en común: en algún punto de España están disponibles las 24 horas del día. La oferta que invita a consumir es un fenómeno permanente y continuo. Internet, una tienda digital abierta todos los días del año, genera consumidores cada vez más acostumbrados a disponer siempre de los servicios que desea y fuerza a muchos comercios a adaptarse. Mientras que las grandes distribuidoras ven en la liberalización de horarios una oportunidad para crear valor y diferenciarse, los pequeños y medianos comercios temen desaparecer ante la imposibilidad de asumir los costes de tener la persiana levantada de sol a sol.

“No se compra más horas, sino que se compra más”, dice un psicólogo

En Madrid, con los horarios comerciales más liberalizados de España, hace años que algunas tiendas de conveniencia nunca cierran. También algunos bares, muy frecuentados por los taxistas con turno de noche. Luego se apuntaron los colmados. Y llegaron las cadenas de comida rápida. Y los supermercados. Nada parece suficiente. En diciembre, Carrefour anunció que también dejaría abierto toda la noche un enorme hipermercado recién abierto en Vallecas (Madrid). La cadena de peluquerías de Marco Aldany planea abrir 10 establecimientos durante todo el día y la noche. “Se ha roto la idea de que existe un tiempo para comprar y otro para no hacerlo”, explica Javier Garcés, psicólogo experto en consumo.

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Garcés explica el éxito de este modelo porque se dirige a un consumidor predispuesto con horarios cada vez menos preestablecidos. “Es un cliente joven y urbanita, que no planea compras, sino que las hace a última hora de forma más anárquica”, explica. Garcés alerta de los peligros de este fenómeno. “El comercio responsable exige un consumidor con sus propios límites. Es una oportunidad para un comprador sensato, pero incita al consumismo de uno más impulsivo”. El psicólogo cree que los grandes beneficiados son los comercios. “No es que la gente compre durante más horas, sino que compra más”, aclara.

Javier Vello, socio responsable del sector Retail de EY, considera que abrir 24 horas supone un coste elevado para las tiendas, sobre todo en personal. “Tiene sentido para los comercios donde la automatización y el self service es posible”. Por ello, Vello asegura que si se contempla esta opción no tanto para ganar dinero como una estrategia de fidelización del cliente puede ser un negocio “óptimo”.

Este es el motivo que aducen en Marco Aldany para abrir “hasta diez tiendas 24 horas” en grandes ciudades: la fidelización del cliente. “No hemos calculado un umbral para ver cuántas personas vendrán en este horario, lo importante es que aporte valor añadido”, explica Alejandro Fernández-Luengo, presidente de Marco Aldany. La cadena de peluquerías abrirá a finales de febrero este tipo de tiendas en Madrid y “posiblemente en Andalucía y Cataluña”, donde esperan contratar a unas 100 personas por la noche a tiempo parcial. “Entendemos que lo demanda la gente porque cada vez hay más clientes que madrugan mucho y otros que terminan el día muy tarde”, comenta.

El pequeño comercio protesta porque se sustituye empleo estable por precario

La Confederación del Comercio Especializado de Madrid (Cocem) está en contra de la apertura de los grandes comercios las 24 horas del día, una tendencia que, asegura, “puede ser demoledora para los pequeños y medianos comercios”, dice Luis Pacheco. Según los últimos datos del INE, en 2017, en el acumulado hasta noviembre las ventas del comercio aumentaron un 2,8% en las grandes cadenas y un 1,8% en las grandes superficies, mientras que en las pequeñas cayó un 0,7%.

Pacheco dice que el consumidor no ha solicitado nunca el comercio 24 horas. “Es un invento de las grandes superficies. El error es destruir el empleo de las tiendas especializadas, más estable y mejor remunerado, a favor de trabajos temporales y precarios”, protesta. Y añade que el comercio especializado «no puede seguir el ritmo competitivo» de abrir 24 horas, porque se trata de negocios familiares o con muy pocos empleados. Carrefour, con siete supermercados y un hipermercado 24 horas en Madrid, replica que así dan respuesta a las necesidades del consumidor actual. La marca explica que los productos más solicitados por la noche son fruta, lechuga, pizzas y refrescos.

Según un estudio de AFI, en la Comunidad de Madrid se crearon 15.500 empleos en cinco años tras la ley que en 2012 liberalizó en 2012 los horarios para todo el comercio de la región los 365 días del año durante las 24 horas del día. Madrid es la única comunidad que permite a los establecimientos comerciales fijar sus horarios de apertura sin restricciones, algo que en Cocen denuncian. “La liberalización solo está permitida en Madrid, es una locura. Perjudica al pequeño comercio, que no puede competir con la moderna esclavitud del siglo XXI”, dice Pacheco.

En la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) apoyan la libertad comercial de horarios y aseguran que «existe desde el momento en el que cualquier consumidor puede comprar en internet sin importar la hora«. Así, explican que la apertura 24 horas de los grandes comercios «son casos particulares», pero defienden que si una empresa decide utilizar este horario es porque ha detectado que existe una demanda para dar este servicio. «Si la tienda no está abierta, el consumidor va a poder comprar online igualmente. En el siglo XXI no parece que tenga mucho sentido mantener restricciones únicamente para una parte del sector cuando la otra no las tiene», comentan fuentes de la asociación. «La tendencia irá hacia donde los consumidores quieran, que son los que tienen la llave del cambio», añaden.

Dormir en la guardería

No todos los comercios 24 horas son de grandes establecimientos. José Guerrero, presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC) recuerda que el comercio 24 horas «lleva toda la vida existiendo» a través de máquinas de vending o tiendas de menos de 300 metros cuadrados, que pueden establecer sus propios horarios. Es el caso de la guardería Kukilandia, que lleva 10 años ofreciendo servicio 24 horas «a demanda» en Tenerife.

«Al principio llamaba la atención, pero muchas personas tienen horarios incompatibles y por eso implantamos este modelo», comenta Yaiza Villalba, propietaria del negocio. «Tenemos más afuencia de lunes a viernes. Por la noche contamos con el 25 o 30% de nuestros clientes, unos 12 niños. Los fines de semana lo normal son dos o tres», explica.

La guardería tiene seis empleados, aunque solo Villalba y su madre cubren los turnos de noche. «A nosotras no nos afecta en la vida diaria porque la guardería está adaptada para que nos quedemos a dormir aquí». El negocio es rentable, el precio de estancia es casi el doble en horario nocturno, pasa de unos 22 euros al día de media a 45 euros por la noche.

Fuente: El País