El uso de los asistentes de voz no para de crecer. Es cierto que, cuando llegaron, muchos los utilizábamos para que nos contasen chistes, adivinanzas o respondieran a preguntas como: ¿cómo te llamas? o ¿cuál es tu película favorita? Pero una vez que la fiebre de su llegada ha pasado y se ha normalizado su uso como buscador, la forma de realizar estas averiguaciones ha cambiado.

Ahora se tiende más a mantener un diálogo con el asistente virtual, con preguntas más concretas. El uso de expresiones que incluyen necesito o debería, por ejemplo, han aumentado un 65%. Ya no es una ficción preguntarle a nuestro teléfono si debería comprar una casa o si puedo reservar un asiento para el perro en el tren. El uso de preguntas que incluye la palabra “puedo” es el que más ha crecido, con un 85%.

Las preguntas van complicándose cada vez más; y no porque queramos ponerle en un compromiso, sino porque cada vez confiamos más en su respuesta. Está claro que el uso de asistentes personales está suponiendo un cambio a la hora de entender al usuario. Cada vez más, comienzan a hablarnos de forma más clara, directa y humana.

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Fuente: El País