La música que oímos nos gusta, pero daremos nuestra opinión cuando veamos su traslación a los Presupuestos Generales del Estado”. Así responde Pedro Mier (Figueres, Girona, 1952) a la pregunta de si hay sintonía entre Ametic y el Gobierno de Pedro Sánchez, de si la apuesta por la digitalización del Ejecutivo es lo suficientemente fuerte. Mier asumió los mandos de la patronal española del sector de la industria tecnológica digital en marzo de 2017 y, según reconoce, todavía le está tomando el pulso al Ejecutivo. “Han dicho que no van a cambiar ninguna política que estuviera ya avanzada por el Gobierno anterior, lo que no nos parece mal; también aseguran que quieren darle un impulso muy importante a la industria vía digitalización”, explica Mier.

¿Cuánto dinero habría que dedicar a la promoción de la industria digital para darle un impulso adecuado? “Nosotros proponemos el lanzamiento de cuatro macro proyectos tractores transversales, que ya hemos expuestos a todas las fuerzas políticas. Hemos seleccionado cuatro áreas básicas: vehículo conectado y movilidad, salud digital, turismo y agricultura inteligente”, subraya Mier. “Queremos que sean proyectos de una envergadura suficiente como para que tengan impacto nacional y relevancia internacional. El presupuesto por proyecto no debería estar por debajo de los 100 millones de euros”, indica. Es decir, al menos 400 millones para impulsar las cuatro áreas clave de la industria digital. Así se lo han trasladado recientemente a Red.es, la entidad pública empresarial dedicada a la promoción de la economía digital.

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Mier reivindica también la capacidad de Ametic para lograr el encuentro en proyectos comunes entre los actores más grandes y más pequeños del sector (es espectro de asociados de la patronal cubre desde Google o Amazon hasta pymes). Un proyecto coordinado por la patronal fue el desarrollo de un sistema de apertura de vehículos desde el móvil pensado para el carsharing. “En el proyecto tenemos a Seat y el Grupo Volkswagen; a una compañía española que es líder mundial en llaves inalámbricas (grupo Premu); al grupo GMV, líder mundial de acceso y control de satélites de telecos; a una spin off de la Universidad del País Vasco que desarrolla chips y a BQ, la empresa española de fabricación de móviles”, ilustra.

  • Tasa Google

Una de las propuestas estrellas del Ejecutivo de Sánchez en materia económica es la llamada tasa Google, inspirada en un proyecto de Directiva Europea y recientemente rebautizada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, como “una fiscalidad para el siglo XXI”. El Gobierno avanzó la semana pasada que entrará en vigor el año que viene y que supondrá un impuesto del 3% sobre los ingresos por publicidad, venta de datos y transacciones entre particulares para operaciones de tres millones de euros o más realizadas por empresas que facturen al menos 750 millones de euros anuales en todo el mundo.

Mier no está de acuerdo con el enfoque del Gobierno. “Defendemos que la industria digital es el primer generador de crecimiento y de empleo. Y lo va a ser más durante los próximos años. Si queremos mantener el Estado de Bienestar y las pensiones, hay que hacerlo porque haya más cotizantes y más y mejor pagado empleo. Creemos que se debe dar prioridad a que la industria crezca”, explica.

La gente es muy consciente de que algunos gigantes tecnológicos pagan pocos impuestos en España. ¿Cómo abordarían el asunto desde Ametic? “En el seno de la OCDE se está discutiendo un nuevo marco legal para las tecnológicas. Somos conscientes de las complejidades del proceso. Si pensamos en tratamientos diferenciales según los países, las compañías se irán a donde tengas las condiciones más favorables. Una tasa que afecte a la actividad y no a los beneficios puede ser injusta”, sentencia. “Hay que conseguir un sistema que asegure que no haya países beneficiados y perjudicados. Es complicado darle un tratamiento local a un asunto global por naturaleza”.

  • Taxi y VTC

La gestión que está haciendo el Gobierno del conflicto entre el taxi y empresas como Uber y Cabify tampoco satisface a Ametic. “No es bueno poner puertas al campo. Creemos que todas las regulaciones deben maximizar las posibilidades de desarrollo económico. Creo que es un error poner un plazo para que prácticamente desaparezcan las licencias VTC. De la misma forma, hay que tener en cuenta los derechos adquiridos por parte de los taxistas. Los usuarios al final lo que queremos es un buen servicio, competencia, facilidades de acceso, trazabilidad… todo lo que te dan las nuevas tecnologías”, explica.

¿De qué manera trataría, entonces, esta problemática? “Habría que diseñar un plan de transición, no a las licencias VTC sino a la apertura del mercado, para que todos pudieran jugar con las mismas reglas pero en un mercado moderno”, zanja. En su opinión, la solución no pasaría por impulsar medidas compensatorias, aunque también. “Habrá que poner facilidades, como siempre que se ha pasado por una transición tecnológica importante, y esta lo es, para que los taxis también puedan competir en este terreno. Es el taxi el que va a tener que cambiar: no hay que poner restricciones a la innovación, sino facilidades para que el negocio tradicional innove y se pueda adaptar”.

De ahí que la última medida lanzada por el Gobierno, que consiste en transferir a las comunidades autónomas la potestad de regular las VTC (lo que a la práctica podría suponer la exigencia de una segunda licencia para operar), no sea de su agrado. “Esa medida no va en la línea de favorecer la innovación, sino de dar soluciones locales a problemas globales. Creo que no es el camino”.

Fuente: El País