La camiseta que viste Celia Téllez, de74 años, revela qué hace frente al Congreso. Forma parte de la decena de jubilados que este miércoles se sentaron en el hemiciclo para seguir desde dentro el Pleno extraordinario sobre las pensiones. Un debate que dejó a esta antigua profesora de Psicología fría y sin perspectiva. «No han sido más que palabras sin medidas concretas». Su disconformidad con el sistema público de pensiones es compartida por los miles de jubilados que el pasado 22 de febrero se manifestaron en varias ciudades de España. «No al 0,25%» se lee en el rótulo central de la camiseta de Téllez, que volverá al centro de Madrid este sábado. Mientras sus compañeros lanzan cánticos a los políticos tras acabar la sesión plenaria, ella no se despega de los folletos que anuncian la nueva convocatoria promovida por las plataformas de jubilados, que prevén superar «con creces» las cifras de hace dos semanas. 

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Téllez trabaja mano a mano con Leopoldo Pelayo, portavoz de la Coordinadora de Pensionistas Estatal, una de las organizaciones que promueve las concentraciones. Para este docente también retirado, de 67 años, el éxito de las protestas del pasado 22 de febrero no fue una sorpresa: «Cada vez se une más y más gente». Aunque durante las últimas semanas su presencia en las calles ha sido más continua e intensa, las plataformas llevan desde 2016 organizándose. Las reformas del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 y la del actual jefe del Ejecutivo en 2013 Mariano Rajoy sembraron el germen del hartazgo de muchos pensionistas. 

Un «malestar» que se mantenía subyacente, pero que hace año y medio se materializó. «Tomamos la determinación de asumir ese malestar individual como una reivindicación colectiva. Nos autoconvocamos en la cafetería del Ateneo de Madrid un pequeño grupo de personas». Fue entonces cuando surgió la Coordinadora en Defensa de Pensionistas Estatal, que aglutinó a plataformas sociales que ya existían previamente.

Las reuniones en principio eran minoritarias, pero con el «deterioro paulatino» de su capacidad adquisitiva -en los últimos años solo se dio esa situación en 2017 si se toma la evolución media de los precios- intensificaron las protestas y elaboraron una tabla de reivindicaciones concretas que comenzaron a llevar a Ayuntamientos, Administraciones Autónomas y ahora al Congreso. Se reúnen en asambleas que toman decisiones desde la base y se comunican a los coordinadores y portavoces. También acuden a facultades y organizan charlas para transmitir su mensaje. «Hemos vuelto a la Universidad 40 años después para contarles a los jóvenes lo que nos ocurre, queremos que ellos también vengan a las protestas», añade Soledad Ruiz, frente a los leones del Congreso. Pelayo subraya que esta vez se concentran en sábado para que también puedan sumarse los estudiantes y los trabajadores a los que entre semana les es más difícil. «Es un problema que afecta a toda la sociedad», manifiesta.

Las imágenes de decenas de jubilados rompiendo el cordón policial junto al Parlamento el pasado 22 de febrero se compartieron cientos de veces en las redes sociales. Unas redes sociales de las que se han valido precisamente los pensionistas para organizarse en los últimos meses. Suelen utilizar el correo electrónico, WhatsApp y conversaciones en Skype con varias personas a la vez para coordinarse entre las distintas plataformas y provincias y organizar las concentraciones. «Estoy dando clases de nuevas herramientas para poder utilizar estas tecnologías», revela Téllez. «La gente es más hábil en este sentido, pero sentimos apoyo para desarrollarnos y aprender», subraya el portavoz de la Coordinadora. También conservan las costumbres tradicionales, como la cartelería o el boca a boca, explica Pelayo al paso de un vecino. «¡Nos vemos el sábado a en Sol a las seis de la tarde. No te equivoques!».

Pelayo tuvo la última reunión este jueves para finiquitar las instrucciones para el sábado. Respecto a si su movilización ha influido en el cambio de agenda del Pacto Toledo, Pelayo lo tiene claro: «No queremos parches, sino una solución integral». El Gobierno supeditó el miércoles la mejora de las pensiones a la aprobación de los Presupuestos, pero la respuesta de los afectados ante el incremento de las subidas de este año se verá mañana. «Si el 22 de febrero contabilizamos 88 localidades en protesta, este 17 de marzo ya se han sumado 150», sentencia Pelayo.

Fuente: El País