El fabricante de automóviles japonés Mitsubishi está siendo investigado por fiscales alemanes en relación con el ‘dieselgate’, al sospechar que la compañía instaló un software ilegal en algunos de sus modelos diésel que manipulaba el nivel de emisiones.

Según informó la Fiscalía de Frankfurt, los vehículos que supuestamente incluían dicho dispositivo montaban un motor diésel de cuatro cilindros de 1.6 o 2.2 litros. 

La investigación afecta a responsables de un grupo automovilístico internacional, a dos proveedores de equipos internacionales y a una empresa comercial.

La Fiscalía alemana aseguró que registró diez locales en Frankfurt, Hannover y Ratisbona, tres de los cuales pertenecen al fabricantes de componentes Continental, que aseguró que fue «citado en la investigación como testigo». Por su parte, la multinacional Bosch dijo que no estaba involucrada.

De su lado, la compañía japonesa explicó en un comunicado que había sido informada sobre una investigación de su distribuidor alemán, así como de sus instalaciones europeas de I+D, también con sede en Alemania.

«No hay más información disponible en este momento. Mitsubishi Motors, por supuesto, colaborará y contribuirá a la investigación», agregó.

Mitsubishi se convierte así en el último fabricante en estar en el foco del fraude de las emisiones después de que estallara en septiembre de 2015, tras salir a la luz que Volkswagen había instalado ilegalmente un software para alterar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de automóviles con motor diésel, vendidos entre 2009 y 2015.

Las denuncias de fraude estallaron en Estados Unidos, donde el fabricante europeo admitió que casi 600.000 coches vendidos en ese país tenían instalado el software diseñado para manipular los resultados de las pruebas de emisiones.

Fuente: Cinco Días