Xiaomi acaba de ganar el bingo de las tecnológicas con su OPV. En su camino a un posible debut de unos 83.000 millones de euros en la Bolsa de Hong Kong, la compañía china, que obtiene la mayoría de sus ingresos de los smart­phones, insiste en que es “más que una empresa de hardware”. Además ha llenado su folleto con las palabras de moda más conocidas, ha establecido acciones con derecho a supervoto y presume de funcionar como una empresa de capital de riesgo.

Los documentos de la OPV presentados contienen los grandes éxitos de Silicon Valley. Cogiendo prestada la misión de Facebook de “hacer que el mundo sea más abierto y conectado”, el fundador de Xiaomi, Lei Jun, se compromete a “permitir que todo el mundo disfrute de una vida mejor”. Y robándole una frase a GoPro, que se declaró empresa de medios cuando salió a Bolsa en 2014, Xiaomi afirma ser una “compañía de internet orientada a la innovación”.

De esta forma, establece un modelo de negocio “triatlón” de hardware, servicios de internet y “nuevo comercio minorista”. La empresa presume también de las 100 startups que ha ayudado a crecer. 

Por otro lado, está adoptando las peores prácticas de gobierno de la industria. Lei será uno de los primeros jefes de tecnológicas en controlar su compañía a través de acciones de varias clases.

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Pero los números no están a la altura de las expectativas. Los ingresos crecieron un 67% en 2017, hasta unos 15.000 millones de euros. Las ventas de smartphones, principalmente en China, representaron el 70% del total.

Sin embargo, ese mercado se redujo en más de un quinto en el primer trimestre, mientras que la feroz competencia de rivales locales como Huawei y Oppo estrechó los márgenes.

A diferencia de muchas otras tecnológicas, Xiaomi al menos es rentable. Después de la compensación a los accionistas y otros extraordinarios generó alrededor de 710 millones de euros en beneficio neto ajustado.

La cifra de 83.000 millones de dólares para la OPV que circula en los medios significa valorar la compañía 100 veces por encima de los ingresos. Incluso con una valoración de unos 62.000 millones de euros, la OPV de Xiaomi no necesitaría más.

Fuente: Cinco Días