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Volkswagen, la marca madre de Grupo Volkswagen, ha anunciado hoy su intención de reducir entre 5.000 y 7.000 trabajadores de una plantilla compuesta por más de 119.000 empleados hasta 2023. La compañía enmarca esa reducción por la «automatización de rutinas» en la compañía, en un período en el que la compañía reforzará su esfuerzo en el lanzamiento de vehículos eléctricos, para lo que prevé invertir 19.000 millones de euros. El anuncio llega un día después de que Dieter Heiss, presidente del grupo alemán, apuntara que la reconversión de la industria automovilística hacia el vehículo eléctrico supondrá recortes de trabajo, al tener que asumir una menor carga de trabajo de entre el 20% y el 30% por vehículo.

La compañía considera que el recorte de la plantilla se podrá llevar a cabo gracias a la jubilación y el no reemplazo de trabajadores. Se prevé que hasta 11.000 trabajadores puedan acogerse a planes de jubilaciones anticipadas. Los acuerdos suscritos con los sindicatos impiden salidas forzosas de la compañía hasta, al menos, el año 2025. En paralelo a esa amortización de empleos, Volkswagen prevé crear 2.000 empleos de carácter técnico para el desarrollo de arquitectura electrónica y software, en línea con la transición al vehículo electrónico.

Esos planes laborales, acompañados de otros tijeretazos de gastos, forman parte de un plan de eficiencia con el que se prevé minimizar el impacto necesario de las fuertes inversiones necesarias para lanzar nuevos modelos de eléctricos. Además, la compañía, fuertemente afectada el año pasado por la nueva normativa de emisiones de dióxido de carbono (el denominado WLTP por sus siglas en inglés), redujo un 1,9% su beneficio operativo, hasta los 3.239 millones de euros.

Eso sucede cuando el grupo, según manifestó Diess el martes, quiere valorar a sus distintas marcas por la capacidad de retornar al grupo las inversiones que se realicen en nuevos vehículos. La compañía quiere alcanzar en 2022 un margen operativo de un 6%, mientras que actualmente ese ratio es de un 3,8%, y para ello calcula ahorros anuales de 5.900 millones de euros hasta 2023.

El pasado noviembre, el Grupo Volkswagen anunció que gastará 44.000 millones de euros en cinco años para la fabricación de coches eléctricos y autónomos, así como en otros servicios de movilidad y en la digitalización de sus vehículos y fábricas. De esa cifra, 30.000 millones de euros irán destinados solo a los vehículos eléctricos. El presidente del Consejo de Supervisión del mayor fabricante de automóviles del mundo, Hans Dieter Pötsch, dijo en una rueda de prensa que la compañía busca convertirse en «un proveedor mundial de movilidad sostenible».

Como ha hecho el grupo, la marca Volkswagen tendrá más recursos para el impulso del coche eléctrico. De los 11.000 millones iniciales de inversión se ha pasado a 19.000 millones. Su objetivo: vender unos 10 millones de coches eléctricos en los próximos diez años, entre los que se incluirán los de la nueva marca Jetta en China. El primero de ellos, denominado ID, se podrá reservar a partir de mayo y hoy han asegurado que se podrá adquirir por menos de 30.000 euros. Está previsto que en el próximo salón de Fráncfort se presente la generación del Golf eléctrico. 

Fuente: El País