La fábrica de Volkswagen en Navarra recuperará en 2019 cotas de producción no alcanzadas desde 2011, unos 350.000 vehículos, gracias a la introducción por primera vez en su historia de un segundo modelo. Supone casi saturar las líneas de producción de la instalación de Landaben y un incremento respecto a lo previsto para este año de un 40%, unos 100.000 vehículos más, en dos años. Esta subida supondrá, previsiblemente, «un incremento de la plantilla del 10%», entre 400 y 500 empleos, afirmaron en Volkswagen.

«Ahora estamos fabricando 1408 vehículos al día en tres turnos, pero podemos hacer más», aseguró Miguel Ángel Grijalba, director de producción de la factoría en la presentación nacional del nuevo Volkswagen Polo, que se ensambla en Navarra desde 1984. Con estas cifras de fabricación, cerrarán el año con unos 250.000 unidades en el mercado de las que 80.000 ya corresponden al nuevo modelo Polo, la sexta generación que se está lanzando ahora al mercado mundial.

Es un 16% menos de lo ensamblado en 2016, cuando alcanzaron las 296.800 unidades pero los responsables justifican el bajón «a los días en los que se ha tenido que parar la producción para hacer las obras necesarias para la introducción del nuevo modelo en 2018», explica Grijalba.Para el año que viene, esperan recuperar el listón de las 297.000 unidades y alcanzar las 350.000 cuando entre en cadena de producción el segundo modelo que se fabricará en Landaben. Por primera vez en la historia de la factoria, se ensamblarán dos modelos y no solo el Polo, como llevan haciendo más de 30 años.

Ese nuevo modelo no será un Polo sino previsiblemente un todocamino pequeño, para reforzar la gama que Volkswagen está lanzando con el nuevo Tiguan y el T-Roc, ambos presentados este año. Este nicho de mercado ya representa «cerca del 30% del mercado en España y sus ventas siguen al alza», señaló Laura Ros, directora general de Volkswagen en España. «Tres de cada 10 Volkswagen vendidos en España son Polo, con una cuota de mercado en su segmento urbano del 10%», explicó la directora. Esperan «crecer» por encima de estos datos pero no dan previsiones de ventas.

La incertidumbre catalana

Ros destacó, en un encuentro con la prensa, que los lanzamientos de 2017 están impulsando la rentabilidad de los concesionarios de la marca «hasta un 2,2% sobre ventas» cuando el año pasado cerraron con una tasa del 1,9%. Al nuevo Tiguan de siete plazas y al T-Roc, se están sumando en los puntos de venta los nuevos Golf (el modelo más vendido de Europa) y Golf Variant, la berlina Arteon y ahora, el nuevo Polo, lo que apuntala la mejoría de la rentabilidad por los mejores márgenes de estos modelos nuevos.

Aun así, la situación política en Cataluña está empañando un poco estos buenos datos. Según detalló Ros, «los pedidos han caído un 16% en octubre». Sin embargo, la directora entiende que no se trata de matriculaciones perdidas sino de «decisiones de compra que han decidido retrasarse a la espera de que acabe la incertidumbre política». Aun así, «la buena marcha en el resto de España está compensando este descenso», resaltó.

Gas natural por primera vez en Navarra

Una de las características más señaladas de la producción del nuevo Volkswagen Polo en Navarra es que, por primera vez, contará con una motorización de gas natural comprimido, «un combustible por el que ha apostado el grupo Volkswagen de forma estratégica», explicó Grijalba, además de los cinco motores de gasolina y los dos de diésel que monta el modelo. Según el director de producción, este año se ensamblarán en Navarra «unas 3.000 unidades propulsadas a gas». Su destino será la exportacion, «a Italia y Holanda», previsiblemente.

Los modelos de gas se ensamblan «sin ninguna diferencia aparente» en la misma cadena de producción que el resto de los modelos. Las obras de adecuación de la fábrica para la llegada del segundo modelo han supuesto la instalación de la nueva plataforma MQB, el estándar del grupo Volkswagen para vehículos pequeños. Aunque el director no determinó cuánto más productiva es la nueva plataforma, sí estimó que «el proceso es más productivo y el coste global es más estándar con respecto al resto de las plantas del grupo». Al ser la misma plataforma sobre la que se montan vehículos como el Seat Ibiza o el Audi A1, «los volúmenes de compra son más altos y se logran más economías de escala».

Además, a medio plazo, «esta plataforma no otorga una flexibilidad que va a hacer más ágil la entrada del segundo modelo y además, nos da perspectivas de otras adjudicaciones a futuro», apuntó Grijalba.

Fuente: El País