Netflix está a punto de dar un paso clave en su posicionamiento en España. La compañía está negociando con Telefónica la integración de sus contenidos en Movistar+. En el caso de la operadora, es el último gran movimiento de su presidente saliente en España, Luis Miguel Gilpérez, que siempre ha apostado por la televisión. “Nuestro producto estrella es la tele. La compañía se ha desplazado desde las antiguas centrales telefónicas a los platós de televisión”, fue uno de sus mensajes.
De momento, se desconocen los términos del acuerdo, que podría cerrarse este mes. Entre ellos figura la forma de integrar las series y los distintos contenidos de Netflix en Movistar+. De cumplirse los plazos, entraría en vigor tras el verano.
Con el acuerdo, Netflix accedería a la plataforma de televisión de pago de Telefónica que es la mayor de España, un factor clave para las operaciones de la empresa estadounidense en el mercado español. Al cierre del tercer trimestre, Telefónica contaba con cerca de 3,8 millones de clientes, junto con los usuarios televisivos en la plataforma online.
Hasta el momento, Netflix se ha posicionado con grupos como Vodafone, Orange o Euskaltel, que suman una base de clientes de televisión de pago menor. Vodafone, por ejemplo, cerró 2017 con 1,37 millones de clientes de televisión. Netflix no desagrega por países su número de clientes. Según el panel de la CNMC, al cierre de junio de 2017, contaba con 1,16 millones de hogares usuarios.
Para Telefónica, el acuerdo le permite ampliar su oferta de contenidos con series conocidas. Al mismo tiempo, debería percibir un pago de Netflix por usuario en base a la aportación de su plataforma, según fuentes del sector. La distribución de ingresos es otro de los términos del pacto que todavía deben cerrarse.
La cuestión que se plantea en el sector es el motivo por el que Telefónica y Netflix están negociando ahora y no antes. Para la operadora, la integración de los contenidos de Netflix forma parte del ensayo de una futura oferta televisiva sin fútbol. Es una apuesta delicada porque el fútbol ha sido siempre un contenido fundamental. En Telefónica, y en el conjunto de telecos, hay gran hartazgo por sus costes. Solo Telefónica pagó en 2016 a Mediapro 2.400 millones de euros por los derechos de tres temporadas de la liga española.
El calendario empieza a vislumbrar la coincidencia de subastas y negociaciones para la compra de derechos, que forzarían un fuerte aumento de la inversión. Un escenario que las operadoras quieren alejar para evitar subidas de precios. Y todo en un momento de gran actividad promocional, que está impactando en las cuentas.
Un primer escollo, que tendrá lugar en este primer trimestre posiblemente, será la negociación por los derechos de la Champions League de las tres próximas temporadas. Los plazos aprietan porque la Champions empieza en septiembre y quien la compre debe empezar antes la promoción. En junio pasado, Mediapro resultó ganador de la subasta de la Uefa para la compra de estos derechos. Según publicaron distintos medios, pagó 1.100 millones de euros. En este sentido, el consejero delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra, dijo en noviembre que los derechos del fútbol, especialmente los de la Champions, son “inasumibles”.
La compra de la Champions puede coincidir con la subasta de los derechos de La Liga española. Fuentes del sector señalan que solo en España, la intención de sus responsables es captar cerca de 1.300 millones de euros por temporada. Una factura que puede ser muy alta para las telecos.
Estos procesos pueden coincidir en el tiempo con las primeras subastas de espectro radioeléctrico para el 5G en España, que obligarán a las telecos a hacer nuevos desembolsos. En definitiva, más capex.
Además, Telefónica sigue inmersa en la culminación del despliegue de fibra, junto con el desarrollo de un ambicioso plan para la implantación de la tecnología televisiva de alta definición 4K. Dentro de sus planes está la comercialización de un descodificador 4K entre sus clientes.
En este escenario, en Telefónica España, ya bajo el mando de Emilio Gayo, diseñaría una oferta de TV sin fútbol, de la que Netflix sería un punto fuerte. Además, apostaría por impulsar la producción propia, especialmente tras el éxito de series como La Peste.
Sin la losa del fútbol, en Telefónica no se descartaría la opción de volver a subvencionar la compra de terminales, si bien no en la medida en la que se llegó a hacer años atrás.
Eso sí, todo dependerá de los precios del fútbol. Si son asumibles y se pueden rentabilizar, las telecos volverán a comprarlo. La pugna con Mediapro está de nuevo en marcha.
Actor esencial en el negocio
Con el objetivo de acelerar su expansión, Netflix ha estado firmando acuerdos con operadoras de telecomunicaciones y distribuidores de canales de vídeo en todo el mundo. En opinión de la empresa, se benefician los clientes de ambas partes. En el cuarto trimestre de 2017, firmó alianzas con Deutsche Telekom, Cox y Verizon. Netflix defiende que, con estos acuerdos, se facilita la captación de nuevos clientes, mientras que su servicio permite a las telecos profundizar en sus relaciones con esos suscriptores.
Netflix ya se ha convertido en el principal actor del mundo audiovisual. La compañía prevé destinar este año 8.000 millones de dólares (unos 6.420 millones de euros) a la creación de contenidos, frente a los 6.000 millones de 2017. Y su intención es aumentar esta inversión en 2019 y 2020. Netflix se está posicionando con fuerza ante la entrada en el mundo del streaming de Amazon, Apple, Facebook o Google con Youtube.
En el sector se ha especulado con la entrada de grupos como Netflix, Amazon o Facebook en el mundo de los derechos televisivos del fútbol y otros deportes. Se ha dado algún caso como el intento de compra de los derechos del cricket en la India por parte de Facebook. Ahora bien, de momento no parece probable que vayan a acudir a subastas como la referente al fútbol en España. El futuro nadie lo sabe pero en estas empresas se considera que estos contenidos son muy caros y complicados de rentabilizar.
Fuente: Cinco Días