Cuando hace 37 años la empresa de renovables Norvento echó a andar, los edificios autoabastecidos al 100% por energías limpias y desconectados totalmente de la red eléctrica y de gas eran una quimera. Tras seis años de investigación, la compañía gallega ha superado ese “enorme reto” con su nueva sede en Lugo.

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El Centro de Innovación Norvento Enerxía (CIne) está entre los 20 inmuebles más sostenibles de Europa y a la cabeza de los de España, ha asegurado este lunes Pablo Fernández Castro, fundador y presidente de la firma, durante su inauguración. La vanguardista construcción se alimenta en un 95% de sol y viento y en un 5% de biodiésel, y ha logrado esquivar el escollo de la variabilidad de estas fuentes de energía gracias al almacenamiento con baterías de litio y a un «algoritmo de inteligencia artificial» que permite casar las predicciones meteorológicas del exterior con las necesidades internas de electricidad, calor o frío.

“La bajada de costes de la tecnología nos ha acompañado; hoy no solo es técnicamente posible sino que las soluciones son económicamente competitivas”, destaca Ivan Nogueiras, director del Área de Energía de una empresa que facturó en 42 millones de euros en 2017 y aspira a incrementar esa cifra un 60% en 2020 con inversiones por 150 millones.

Con capacidad para acoger a 200 trabajadores y tras una inversión de 12 millones de euros, el CIne que se alza en el polígono de As Gándaras de Lugo es un edificio de energía cero, es decir, genera todos los recursos energéticos necesarios para poder funcionar solo con fuentes renovables que se encuentran en el propio inmueble. Así, se autoabastece al 100% con un aerogenerador, placas fotovoltaicas en las cubiertas del aparcamiento, baterías de litio para acumular energía, bombas de calor geotérmicas para climatizar el interior con suelo radiante, y un sistema de cogeneración con biodiésel de aceite vegetal reciclado que sirve de colchón en caso de ausencias prolongadas de sol y viento.

La exigencia en Europa de que una parte de las necesidades energéticas de los edificios se cubran con fuentes renovables es “imparable”, señala Nogueiras, aunque su alcance está pendiente de una directiva comunitaria en fase de “negociación” y que pretende una transición energética en el continente. Para el comisario de Energía, el popular Miguel Arias Cañete, «el CIne es el buen camino” para lograr el objetivo de reducir un 40% la emisión de gases invernadero en Europa en 2030, según ha proclamado en su discurso durante la inauguración. «Tras la Segunda Guerra Mundial las construcciones que se hicieron en Europa fueron una catástrofe desde el punto de vista de la eficiencia energética», ha añadido Cañete.

Las soluciones creadas por Norvento para dejar a cero la factura eléctrica están destinadas especialmente para inmuebles de grandes consumos como industrias, centros comerciales o puertos, más que para viviendas. «La tecnología que permite que eso ocurra ya está y nosotros estamos tratando de llevarla al mercado», ha apuntado Fernández Castro. Este tipo de edificaciones, explican desde Norvento, deben ser planificadas «de forma meticulosa» desde las fases más iniciales del proyecto, ya que para «optimizar los recursos de la manera más adecuada» hay que pensar bien «el diseño, el proyecto, la coordinación en la construcción o los materiales escogidos”.

Obra del arquitecto Patxi Mangado, el diseño de este complejo de investigación y oficinas de 4.000 metros cuadrados ha tenido en cuenta desde la orientación del edificio hasta el uso de materiales naturales como la madera de eucalipto que recubre la fachada, la ubicación de ventanas y lucernarios para asegurar la luz natural, el reciclaje del agua de la lluvia y la instalación de puntos de carga de vehículos eléctricos para la flota de la empresa.

La demanda de energía primaria (electricidad y calor) del CIne alcanza solo el 34% de la que requiere un edificio convencional y sus emisiones netas de CO2 durante un año son “nulas”, librando al entorno de 160 toneladas de gases de efecto invernadero. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado el edificio como el «culmen de la arquitectura ecológica», que «pone a prueba la capacidad de las energías renovables» y que demuetra que «el crecimiento económico no es incompatible con las energías limpias».

Fuente: El País