«Hoy podemos decir que somos dueños de nuestro destino. Podemos elegir socios y seleccionar proyectos, y tenemos acceso a financiación en buenas condiciones», ha subrayado esta mañana el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ante la junta de accionistas. El ejecutivo ha recordado que «no ha sido fácil llegar hasta aquí» y ha asegurado que el consejo es hoy una piña tras las fuertes batallas internas libradas en los últimos años. 

Manrique ha trasladado a los accionistas el creciente perfil concesional del grupo, negocio al que debe un 75% del Ebitda, y ha dado por cumplidos «con éxito» los objetivos del plan estratégico con vencimiento en 2020. Ya el próximo año se prevé que el peso de Sacyr Concesiones en el ebitda global de Sacyr alcance el 85%. 

Con una compañía estabilizada desde el punto de vista financiero y la recuperación de un dividendo creciente, Manrique ha dejado entrever que la dirección está preparada para el diseño de un nuevo plan estratégico. La inversión en concesiones, la apuesta por la consolidación en los mercados anglosajones y el control de la deuda, incluyéndose la rotación de activos maduros y no estratégicos, serán algunos de los pilares de la hoja de ruta. De hecho, ya está previsto un fuerte ajuste del endeudamiento en este 2019 sin dejar de invertir en concesiones (la empresa ha puesto 90 millones de capital propio en proyectos concesionales en el primer trimestre). 

Sacyr ha señalado el mercado de la gestión de infraestructuras en Estados Unidos como gran objetivo, después de ser uno de los pocos grupos que ha ganado obra civil en el país sin comprar una constructora local. Esta misma semana el área de ingeniería se hizo con la ampliación de una carretera interestatal por 102 millones y la compañía tiene identificadas oportunidades en la concesión de autopistas por 5.000 millones de euros. 

Otro de los destinos destacados por Manrique ha sido Italia, sobre el que ha desvelado la creación de un fondo de infraestructuras junto al socio local Fininc y dos entidades financieras para cubrir próximas inversiones. El presidente de Sacyr también ha destacado que la empresa tiene buenas expectativas en España y Portugal, y asegura que el radar está activado en Australia y Canadá. 

Dividendo al alza 

Respecto a la remuneración al accionista, Sacyr viene de entrega 10,3 céntimos por título con cargo a 2017, lo que supuso una rentabilidad del 4,2%. Un ratio de rentabilidad que la empresa prevé situar por encima del 5% con el dividendo devengado de los beneficios de 2018. La nueva entrega se realizará a través de la fórmula de dividendo flexible. 

Manuel Manrique se ha referido al acotamiento de cualquier riesgo relacionado con los arbitrajes por los sobrecostes en la ampliación del Canal de Panamá o con la evolución bursátil de Repsol, de la que Sacyr es primer accionista co el 8%. 

En el primer caso, la empresa ha devuelto entre finales de 2018 y principios de 2019 los anticipos entregados por la Autoridad del Canal de Panamá: «Ahora solo contemplamos recuperar, mediante la entrada en caja de una parte relevante de las reclamaciones que tenemos en la Corte de Arbitraje de Miami», ha afirmado el presidente. La resolución del primer gran arbitraje, basado en la reclamación por los problemas con el basalto, está prevista para el primer semestre de 2020: «Esa es la piedra angular, el caso que marcará, desde nuestro punto de vista el resto de disputas». Más allá de este primer litigio, la empresa prevé que el último de los fallos llegue ya en 2023. 

Al referirse a Repsol, el primer ejecutivo de Sacyr ha resaltado el papel de primer accionista que juega su compañía y ha añadido que la empresa está «vigilante para aprovechar las oportunidades que ofrezca el mercado y sacar el máximo rendimiento a la participación». 

Fuente: Cinco Días