El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha adelantado en el pleno del Congreso que planteará una mejora de las pensiones más bajas y concentrar las ayudas en el IRPF para pensionistas y familias, así como una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad. Lo hará en los Presupuestos de 2018, pasando así la pelota a la oposición para implicarla en la aprobación de los Presupuestos, un objetivo que no está garantizado por parte de los dos principales apoyos del Gobierno: Ciudadanos y el PNV.

MÁS INFORMACIÓN

Pero Rajoy ha dejado claras sus líneas rojas: no tocará la reforma de 2013, es decir, no se volverá a la revalorización de las pensiones según la evolución de los precios como reclaman los pensionistas en la calle y la oposición en el Pacto de Toledo. «Lo que les propongo es seguir avanzando sobre lo ya construido y no dar marcha atrás en ninguna reforma de las que se han hecho a lo largo de nuestra democracia», ha aclarado, con referencias explícitas de apoyo a las reformas de 2013 y 2011, la que retrasó la edad legal de jubilación de 65 a 67 años llevada adelante por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con el rechazo del PP entonces en la oposición, como le ha recordado el diputado del PDECat.

Hasta llegar aquí, el presidente del Gobierno ha desgranado un discurso en el que, sin decirlo, ha venido a dejar claro que piensa que hay poco margen de gasto. Ha apuntado que el 40% del gasto del Gobierno central recae en pensiones; que si se toma el desembolso anual de todas las administraciones, se queda en el 29%, casi ocho puntos porcentuales más que hace 10 años, y que «más que duplica la siguiente partida de gasto, la de sanidad». Cuando ha hablado del número de beneficiarios, lo ha cifrado en 14 millones, incluyendo no solo a los pensionistas (de Seguridad Social y funcionarios jubilados) sino también a los parados que perciben prestaciones y subsidios.

La propuesta para los presupuestos no va más allá de 2018. Y como las propuestas del presidente se han quedado, nada ha dicho sobre cómo aportar más recursos al sistema de pensiones que no procedan de las cotizaciones y sí de impuestos. Ha insistido en que es necesario que haya «más y mejor empleo». Sin embargo, no ha expuesto alguna de las iniciativas que el Ministerio de Empleo esta misma legislatura y su Gobierno, en la anterior, ya ponían sobre la mesa para cerrar el déficit de casi 19.000 millones de euros que tuvo la Seguridad Social en 2016 y 2017. Ni una mención sobre ingresos para el sistema de pensiones procedentes de ingresos pese a que dado el nivel de gastos nada hace pensar que bastará lo que llegue de cotizaciones (empleo). Ni siquiera logrando el objetivo reiterado del PP sobre creación de empleo en esta legislatura, un volumen total de 20 millones de afiliados (1,7 millones más que ahora), se lograría cerrar el déficit.

Después de haber rechazado hasta cinco iniciativas de la oposición para revalorizar las pensiones con el apoyo de Ciudadanos, y con los pensionistas caldeando la calle por la subida del 0,25% en sus retribuciones, Mariano Rajoy afronta el pleno más político de la XII Legislatura. Para el presidente del Gobierno, con el PP casi en minoría en el Pacto de Toledo, es uno de los momentos más complicados desde que llegó a la Moncloa. Aliviada la crisis catalana, los problemas reales han empezado a estallar en la cara del Gobierno. Y el de los pensionistas, uno de los caladeros del voto popular, constituye el desafío más inasequible.

El Gobierno eligió el formato más cómodo para este trance, insertando la intervención de Rajoy en un pleno ordinario, desechando, como quería la oposición, propuestas de resolución comprometedoras por la aritmética del hemiciclo. Sobre ese marco, el presidente ha puesto el énfasis en las dificultades de revalorizar las retribuciones de los jubilados en las actuales circunstancias y ha insistido en la creación de empleo como mejor fórmula para resolver el problema.

Fuente: El País