La incidencia de internet y los dispositivos informáticos en nuestras vidas es tan grande que varios expertos tratan de identificar su impacto real en las personas. Uno de los centros de investigación más importantes sobre la experiencia de usuario (más conocida como UX) es canadiense. Se trata del Tech3Lab, ubicado en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal. “No nos dedicamos al neuromarketing, ya que analizamos una gran gama de interacciones entre trabajadores y consumidores con las interfaces tecnológicas para mejorar sus experiencias”, señala a EL PAÍS RETINA Pierre-Majorique Léger, quien codirige este recinto con Sylvain Sénécal.

Léger subraya un aspecto distintivo del Tech3Lab: ir más allá de la investigación tradicional basada en entrevistas o cuestionarios, con el grado de subjetividad que esto representa. Utilizamos medidas objetivas a partir de experiencias en tiempo real. No es suficiente saber que un usuario evalúa su visita a una página web con un 3 sobre 5. Queremos comprender lo que viven las personas a escala emocional y cognitiva y, sobre todo, saber en qué momento su experiencia ya no es óptima”. El Tech3Lab agrupa a expertos en distintas disciplinas: informática, neurociencias, comercio electrónico, relaciones industriales y psicología, entre otras.

Unas gafas especiales registran el recorrido de los ojos por la pantalla mientras se navega.
  • Las herramientas

El centro montrealés cuenta en sus distintas salas con instrumentos específicos para analizar la experiencia del usuario. Se pueden evaluar en tiempo real los movimientos oculares, las expresiones faciales, la respiración, las pulsaciones cardíacas y la actividad electrodermal y cerebral. Cámaras, sensores y cables permiten distinguir qué elementos provocan mayor placer o atención a un usuario, cuáles le causan confusión, qué favorece la transmisión de información y en qué momento la experiencia pierde intensidad. Además de las pruebas individuales, el Tech3Lab dispone de una sala para realizar investigaciones en grupo, por ejemplo, para distinguir comportamientos en una sesión de videojuegos en pareja.

El Tech3Lab nació en 2011, gracias a la financiación de la Fundación Canadiense para la Innovación. Actualmente también recibe dinero de otros organismos, como el Fondo de Investigación de Quebec en sociedad y cultura y el Consejo de Investigaciones de Canadá en Ciencias Naturales e Ingeniería. El centro trabaja con empresas de distintos ramos, como bancos, firmas de auditoría y compañías de materiales educativos.

Desde hace algunos años, el Tech3Lab se ha interesado en las personas que escriben y leen mensajes con el móvil mientas caminan. “Es una actividad que se ve por todos lados, aunque representa un problema en materia de seguridad”, dice Léger. Los análisis del laboratorio han arrojado que el riesgo de sufrir un accidente aumenta en un 33% con esta práctica. Los investigadores están realizando pruebas con aplicaciones específicas, ya que no todas conllevan el mismo riesgo, aunque en algunos casos, es menos peligroso caminar mientras uno lee un libro. Asimismo, los expertos se interesaron en el nivel de atención de los jugadores de Pokemon Go.

Buscamos detectar si la persona muestra señales de fatiga o aburrimiento mientras realiza las tareas y si la interfaz tiene que ver con ello

  • ¿Astronautas aburridos?

Alexander Karran, originario de Liverpool, es investigador postdoctoral en el Tech3Lab. Trabaja en un proyecto, en colaboración con la NASA, sobre la atención sostenida. Un voluntario efectúa algunas tareas frente a una pantalla durante dos horas. En todo ese tiempo, sensores y cámaras monitorean sus reacciones. “Buscamos detectar si la persona muestra señales de fatiga o aburrimiento mientras realiza las tareas y si la interfaz tiene que ver con ello. Puede ser de gran ayuda, por ejemplo, para planificar el trabajo en una misión espacial de larga duración”, afirma Karran.

Pierre-Majorique Léger señala que han comparado aplicaciones con niveles idénticos de complejidad para la enseñanza de las matemáticas. Constataron que su diseño tiene un impacto en el aprendizaje. Otro resultado significativo recopilado por el Tech3Lab es la relación de los usuarios con la publicidad al usar tableta u ordenador. Las personas que dan clic con el dedo directamente en una tableta tienden a recordar más una marca que aquellas que lo hicieron con el ratón.

En un momento de la cita de Léger con este diario, el experto muestra otro ejemplo del trabajo de su laboratorio. Presenta en una pantalla una página web de cocina. En algunas zonas aparecen manchas de distintos colores. Léger explica la diferencia en el colorido: las personas pasan más tiempo mirando la parte donde está la información de la receta, pero la más placentera es donde figura la fotografía del plato.

  • Gestión de datos de la casa

Los datos de las pruebas efectuadas en el Tech3Lab son ingentes. François Courtemanche, director de investigación y desarrollo, comenta que otro aspecto que distingue a este laboratorio es la velocidad en cuanto a planificación, recopilación e interpretación, actividades que se logran en días en vez de semanas gracias a una plataforma que ellos mismos crearon. “Somos capaces de integrar todos los pasos en la plataforma: diseño del proyecto, especificaciones, recolección de datos, análisis de la información”, detalla.

Léger comenta que el Tech3Lab participará en un proyecto con CAE, una compañía de formación del sector aeronáutico, para realizar investigaciones en simuladores de vuelo. El laboratorio presentará en breve los resultados de un estudio sobre las emociones que provocan varias empresas canadienses con sus páginas web y a través de sus cuentas en redes sociales. “Hay casos muy interesantes. Por ejemplo, algunas firmas tienen páginas muy sobrias, pero logran resultados remarcables por medio de Instagram”, cuenta Léger. “Seguiremos trabajando en cada aspecto relacionado con la experiencia de empleados y consumidores”, añade. Nuestro objetivo es detectar cómo se llevan a cabo estas experiencias para que los diseñadores tomen nota. El Tech3Lab tiene también la tarea de formar a alumnos de postgrado. El mundo requiere de gente con estos conocimientos”.

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Fuente: El País