Enfermar y comprar en Amazon una caja de antibiótico desde la cama… ¿un escenario posible? No, de momento, aunque podría ser factible en un futuro próximo en Estados Unidos. ¿Y comprar online un medicamento sin receta como paracetamol o ibuprofeno? Sí se puede en Estados Unidos, pero será difícil en España a medio plazo, al menos con la legislación actual. Tampoco parece un mercado (el español) con mucho potencial como para que resulte excesivamente interesante.

Los rumores en EE UU son insistentes: en su estrategia de crecimiento y abordar nuevos mercados, Amazon estudia entrar de lleno en el sector de distribución farmacéutica. Con la decisión de abordar el segmento de medicinas con receta, la compañía se abriría a un mercado de unos 470.000 millones de euros, según cálculos de los analistas. Aunque Amazon “no comenta sobre rumores”, una primera consecuencia ha sido la fuerte caída en Bolsa de las cadenas de oficinas farmacéuticas, como CVS Health o Wallgreeen Boots Alliance o , que se dejan cerca del 15%_de su valor este año.

La posibilidad (real) de que Amazon comercialice medicinas con receta supondría un revulsivo en un modelo hasta ahora muy concentrado, con características peculiares de entrega (el enfermo requiere la medicina en el momento), con precios altos (no hay consenso sobre qué parte de la cadena eleva los márgenes) y con un papel relevante de unos pocos intermediarios (llamados administradores de beneficios de medicamentos de servicio, PBM por sus siglas en inglés), que hacen de nexo entre usuarios, laboratorios, aseguradoras y farmacias.

Solo 266 farmacias venden online en España, el 1,2% del total

El modelo es muy distinto al europeo. Llegado el caso ¿podría Amazon plantearse vender medicinas en España? “No es posible, ni tampoco tiene sentido”, afirma Luis Amaro, secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España. Una regulación estricta y el escaso interés por parte de los consumidores parecen dos argumentos en contra de esta entrada.

Según la legislación actual, la venta online de medicinas sujetas a prescripción médica (aquellas que necesitan receta) está prohibida en la Unión Europea. En cuanto a las medicinas sin receta, su venta en webs está regulada en la directiva de 2011 sobre medicamentos falsificados, donde se recogieron los requisitos de venta online y se fijó un sistema para identificar los sitios (previa autorización) que pueden vender legalmente medicamentos. En 2013, la directiva se adaptó en España, y desde entonces, paracetamol, ácido acetilsalicílico (Aspirina) o metamizol (Nolotil) se puede comercializar en España en webs autorizadas.

Una posibilidad: encargarlo a la farmacia

Cadena. La distribución farmacéutica (de medicamentos, entre laboratorios y farmacias) también está muy regulada en España e implica requisitos exigentes en cuanto a la adecuación de locales, almacenamiento o la necesidad de director técnico por cada instalación, lo que dificulta igualmente la entrada de Amazon en el sector.

Plataforma. Una búsqueda en Amazon permite constatar que vende productos de parafarmacia online en España, como cremas, nutrición o alimentación infantil. Algunos expertos ven como única posibilidad (legal) de negocio para el gigante de comercio la distribución de productos farmacéuticos encargándolos directamente a una oficina, es decir, integrar la venta de farmacias físicas.

El primer problema para Amazon sería de concepto y, por tanto, regulatorio. “Un medicamento no es un producto cualquiera”, señala Amaro. La preocupación “extrema” para evitar la entrada de medicamentos falsos implica “un sistema de verificación muy exigente”, de ahí que el circuito desde fabricación, distribución y dispensación esté muy vigilado.

La ley fija que “únicamente” pueden vender medicamentos por internet “oficinas de farmacia abiertas al público”. Tampoco sería posible que Amazon comprara una farmacia y vendiera desde ella : solo la persona física licenciada pueden ser titular de una farmacia.

El sistema de control y la regulación de venta son muy exigentes

Otra cosa es que, además, pueda ser un negocio rentable para Amazon. El Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos españoles constata en su informe de 2017 que la venta de medicamentos por internet “resulta decepcionante” . Según los últimos datos, relativos a 2016, solo 266 farmacias vende online, el 1,2% del total. Además, aunque no se conocen datos de volumen “se estima que su mercado es insignificante” y tiene “considerables riesgos en algunas comunidades autónomas que controlan mucho las infracciones en la publicidad”.

No solo hay motivos regulatorios para el desarrollo ínfimo en España. También se constata un “escaso interés de los consumidores”. Primero, por la inmediatez con la que se necesitan las medicinas. Pero, además, dicen los farmacéuticos “por la posibilidad de obtener productos con un precio y unas condiciones de descuento limitadas” y con “pocas posibilidades de diferenciación de las webs”.

Fuente: El País