Palacios, la compañía de alimentación especializada en embutidos y otros productos cárnicos, ha acumulado unas pérdidas de 34 millones de euros en los últimos cuatro ejercicios completos. En el caso de 2018 los números rojos alcanzaron los 8,4 millones, tal y como consta en las cuentas anuales consolidadas de Palacios Alimentación SL, que aglutina los negocios del grupo.
Una sociedad que fue creada en 2015, cuando una filial del fondo de inversión Carlyle (CEP IC Investment 3) adquirió una participación mayoritaria de la compañía a Proa Capital, en una operación que se estimó en unos 150 millones de euros.

En abril de este año, el fondo estadounidense consumó la venta del 81% del capital de Palacios que poseía a los fondos MCH y Ardian por cerca de 250 millones de euros, lo que le habría generado una plusvalía de 100 millones respecto a lo que pagó en 2015 por la compañía de embutidos.

Sin embargo, desde aquel año Palacios encadenó cuatro ejercicios consecutivos en pérdidas, acumulando esos 34 millones de euros, pese a haber conseguido resultados de explotación positivos en tres de los mismos. En 2018 este fue de cinco millones de euros, la mayor cifra alcanzada en la etapa de Carlyle como propietaria de la compañía.

Crecimiento

Durante esos cuatro ejercicios Palacios ha experimentado un crecimiento fulgurante en sus ventas. En 2015 esta eran de 126 millones, por los 227 de 2018, un aumento del 80% en ese periodo, motivado por un proceso de diversificación que le llevó de ser una empresa especializada en embutidos, sobre todo chorizos, a entrar en la categoría de los precocinados. Esto lo hizo a través de la compra del Grupo Fuentetaja en 2016, y que le permitió, por ejemplo, entrar en los segmentos de las tortillas o las pizzas refrigeradas, además de poner un pie en Francia con la filial Campifood.

Esa apuesta internacional se afianzó con la compra simultánea de la estadounidense Elore Holdings. Ambas adquisiciones supusieron una inversión de unos 75 millones de euros, y además de disparar los ingresos de Palacios, permitieron ampliar el peso del negocio internacional. En 2018, este generó el 26% de las ventas del grupo, cinco puntos porcentuales más que en 2017.

Sin embargo, estos crecimientos no han permitido a Palacios ser rentable, lastrada por los costes financieros que ha tenido que afrontar derivados de un endeudamiento creciente. A cierre de 2018, la deuda total alcanzaba los 241 millones, De ellos, 96 millones corresponden a un préstamo sindicado firmado en 2015 para sufragar la expansión de la empresa. Otros 91 correspondían a deuda con Carlyle por la operación de compra de 2015, con un vencimiento de ocho años y a un 12% anual de interés. Todo ello ha hecho que Palacios haya tenido unos costes financieros acumulados de 50 millones en los últimos cuatro ejercicios.

El fondo convirtió 30 millones de préstamo subordinado en participativo

En 2018. En las cuentas consolidadas del ejercicio pasado, Palacios explica que el 27 de julio de 2018 la sociedad dependiente de Carlyle titular de un préstamo subordinado por un principal de 59 millones de euros, transformó hasta 30 millones en préstamo participativo, con un vencimiento en 2023. Según explican a este periódico fuentes conocedoras del acuerdo, la venta de Palacios en abril a MHC y Ardian incluyó el pago de los préstamos que la compañía alimentaria adeudaba a Carlyle, puesto que, según las fuentes consultadas, en la actualidad esta ya no tiene ningún tipo de deuda por pagar al fondo.

Fuente: Cinco Días