El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, aseguró ayer que los inversores están presionando a la banca para que reduzca costes y haya concentración y, en este sentido, ha abierto la puerta a que su entidad participe en algún proceso de fusión: “Quizá sí, ya veremos”.

Por décimo cuarto año consecutivo, Oliu pronunció una conferencia en la Cámara de Comercio de Sabadell, donde reconoció que la perspectiva de negocio de las entidades financieras españolas «no es muy boyante», en su opinión por la percepción que tiene del sector la inversión internacional.

Apuntó a los bajos tipos de interés como causantes de esta situación y señaló que los inversores «están haciendo presión» para que los bancos sigan reduciendo costes y se concentren, una posibilidad que no descarta que se produzca en el futuro en el caso de su entidad.

 Las declaraciones del presidente de Sabadell no pasaron desapercibidas entre los analistas y en el sector y rápidamente volvieron las especulaciones sobre una posible fusión de Sabadell. Las recomendaciones del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y de la número dos, Margarita Delgado, para que la banca mejore su rentabilidad y reduzca sus costes ante la presión de los negativos tipos de interés, pesa cada vez más en las estrategias de las entidades.

El Banco de España, como el Banco Central Europeo (BCE), reiteran, de esta forma, que la mejor vía para conseguir mejorar la rentabilidad y la eficiencia es a través de las fusiones, pese a que, de momento, en esta tercera ronda de integraciones, una parte significativa de los supervivientes de la crisis financiera se resiste.

Los analistas también esperan operaciones corporativas en la banca española en los próximos meses, conocedores de que los márgenes de varias entidades no pueden resistir la presión de vivir más de tres ejercicios con tipos negativos. Y todos apuntan a Sabadell como uno de los primeros en abordar una fusión.

El banco de origen catalán ha sido durante los últimos años la entidad financiera que más veces ha salido en las quinielas como candidato a una fusión. Se le ha emparejado con gran parte del mapa bancario español, e incluso en algún momento con cierto banco luso. BBVA, o sobre todo Bankia han sido los últimos bancos con los que más se le ha emparejado, una vez que Banco Santander se quedó con Popular, entidad con la que Sabadell había emprendido conversaciones en varias ocasiones.

Pero ahora, según afirman varias fuentes financieras, no existen negociaciones que vaticinen una posible operación corporativa en los próximos meses. Solo están, según declaran las mismas fuentes financieras, las ganas de Oliu de protagonizar una fusión.

El banquero, el más veterano ahora del sector financiero español y que cumplirá 71 años de edad el próximo mes de abril, estaría dispuesto a protagonizar una fusión antes de dejar su cargo, conocedor de que con los tipos de interés en negativo lo mejor es construir un banco grande y con una baja estructura de costes. Y una operación corporativa permite ambos objetivos.

Sabadell, de hecho, es el fruto de una decena de adquisiciones realizadas por Oliu, que han permitido a la entidad codearse con la gran banca. Aunque su última compra, el británico TSB provocó el pasado año una crisis en el grupo, ahora ya subsanada.

El banco sufrió durante los dos últimos ejercicios el acoso de los inversores ante los bajos ratios de capital de la entidad, que se unió a la crisis de TSB. Pero el grupo puso en marcha una hoja de ruta que ha cumplido con pulcritud y que le ha llevado a cerrar 2019 con un ratio de capital proforma CET1 fully loaded superior al 12%, ligeramente mayor al previsto por el propio banco al inicio de ese año, que era del 11,8%.

La venta de filiales no estratégicas a lo largo de los tres últimos ejercicios, o de casi todos sus activos problemáticos (en total se ha desprendido de 24.000 millones de euros desde 2014 hasta ahora) le han permitido elevar su ratio de capital hasta lo exigido por el mercado, y dejar su cartera vinculada al ladrillo rozando los 1.000 millones de euros, niveles casi precrisis.

Tras la limpia de su balance, Sabadell deja atrás las suspicacias de los analistas, que veían al banco como de los más débiles del sistema financiero español. Además, ha logrado enterrar la crisis de su filial británica TSB, que arrastró la rentabilidad y el resto de los ratios del grupo el pasado año.

Esto le permite poder abordar una fusión, como estima Oliu, “con más holgura y sin premura porque le aprieta el zapato”, señala un analista que prefiere permanecer en el anonimato. También le permite mantener en el grupo TSB.

Fuente: Cinco Días