Los principales pesos pesados de las finanzas mundiales mueven ficha ante la posibilidad de un inminente Brexit sin acuerdo. Si Londres y Bruselas no alcanzan un pacto de última hora o el Gobierno de Theresa May no consigue prorrogar el plazo ante la Unión Europea, el día 29 de este mismo mes de marzo Reino Unido abandonará el club comunitario con una larga lista de asuntos sin resolver. De momento, el Ejecutivo británico pedirá una extensión hasta el 30 de junio solo si el Parlamento da luz verde al acuerdo este miércoles 20 de marzo.

Uno de los problemas más serios en el horizonte financiero es que los fondos y los bancos de inversión con sede en Londres puedan seguir operando en España, y en el resto de la Unión, con normalidad.

Una firma que tenga su sede en la UE puede utilizar el pasaporte comunitario para actuar en España. Este le autoriza a operar en cualquier otro país europeo. En el caso español, la ley especifica que la CNMV debe recibir una comunicación de la autoridad competente del estado miembro de origen.

La fórmula funciona desde 1993, y la primera edición de la directiva Mifid de 2007 simplificó al máximo la operativa europea. Así, el intermediario puede operar directamente desde sus oficinas en otro país europeo o abrir una sucursal que dependa de su central en la UE.

Alerta sobre las acciones que cotizan en Londres y otras Bolsas, como IAG

Restricciones en el ‘dual listing’. Uno de los peligros adicionales a los de los pasaportes de los intermediarios que dan acceso a los mercados (los británicos en las Bolsas de la UE, y viceversa) está en la capacidad de comprar acciones que estén listadas en la Bolsa británica y además coticen en otro país de la UE (dual listing, en la jerga). Así ocurre con Ryanair, que también se negocia en Dublín, con Royal Dutch Shell y Unilever, ambas en Ámsterdam, o IAG, que está en la Bolsa española además de en la británica.

La directiva Mifid 2 impediría que los intermediarios o los fondos de inversión bajo esa regulación puedan comprar esos valores en Londres –tendrían que hacerlo en los mercados de un país de la UE–, a menos que su Bolsa sea evaluada como de un tercer país con una normativa equivalente. Así ocurre ya con la Bolsa australiana, con la Bolsa de Nueva York, con el Nasdaq y con el mercado hongkonés. La Bolsa de Londres (LSE) asegura que Reino Unido ya ha adoptado Mifid 2 y que seguirá estando en vigor tras el Brexit, por muy duro que sea. Pero LSE avisa de que aún no han recibido notificación oficial de esa declaración de equivalencia.

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Esa prebenda, salvo pacto en contrario, será anulada con un Brexit duro. Hasta ahora, Morgan Stanley, Citi y Nomura operaban en España con una sucursal dependiente de una filial radicada en la City londinense. Pero, en caso de que el Reino Unido salga de la Unión por las bravas, el salvoconducto perderá su validez y esas sucursales carecerían de potestad para operar.

El presidente de la CNMV, Sebastián Albella, fue taxativo en la presentación del último plan de actividades del supervisor, el pasado 25 de febrero. Explicó que la efectividad de los pasaportes comunitarios entre Reino Unido y los países de la UE decaería.

Así pues, estos tres bancos de inversión han constituido nuevas filiales con sedes en Fráncfort o Dublín, desde las que, sí o sí, podrán operar en la UE sin Reino Unido. A continuación, han procedido a abrir nuevas sucursales en España que ahora dependen de Alemania o Irlanda, según consta en los registros de la CNMV.

Un ejemplo es el de Nomura. El banco japonés operaba hasta ahora en España a través de una sucursal de su filial con sede londinense Nomura International. En junio del año pasado emitió un comunicado en el que anunció la apertura de una sociedad con sede en Fráncfort, Nomura Financial Product, tras obtener el visto bueno del supervisor alemán de los mercados, BaFin. “Los planes de Nomura están avanzados y la licencia es un gran paso para asegurar que todos nuestros clientes actuales tengan acceso sin problemas a los productos y servicios de Nomura tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea”, asegura en el comunicado.

Esta sociedad alemana quedó autorizada el pasado octubre para operar en España. Y el 8 de marzo registró su nueva sucursal española en la CNMV. Morgan Stanley ha utilizado su filial irlandesa Morgan Stanley Investment Management, con sede en Dublín, para registrar su sucursal en España, también el 8 de marzo.

Citi, por su parte, tiene registrada desde el 22 de febrero su sucursal en el país a través de su filial alemana Citigroup Global Markets Europe. Las grandes gestoras de fondos, como BlackRock o Pimco, han empleado estrategias similares.

Con todo, el coordinador de los supervisores europeos de los mercados, ESMA, busca una solución para que todos los intermediarios británicos puedan operar en las Bolsas europeas en caso de un Brexit duro. Pero existe el riesgo de que esa solución no llegue.

Bula británica

Mientras, el supervisor británico, la FCA, ha lanzado una iniciativa para paliar los efectos que acarrearía que la operativa de los brókeres con licencia en países de la Unión quedara bloqueada en Londres. “El régimen de permisos temporales permitirá a las firmas europeas que actúan en Reino Unido con pasaporte continuar con su negocio (…) durante un periodo limitado mientras logran la autorización completa de la FCA si el Reino Unido abandona la UE sin acuerdo”, señala en un documento. Las firmas puedan solicitar esta bula hasta el 28 de marzo incluido.

Eso sí, la FCA recomienda a todas las firmas que creen una filial británica para asegurarse de que puedan operar allí o les insta a crearla en alguna de las jurisdicciones en las que pueden formar parte del mercado, como Australia, Dubai, Hong Kong, Israel o Suiza.

Fuente: El País