Actualmente hay pocos sectores de actividad como el de tecnología donde la preocupación por la formación universitaria de las mujeres sea tan alarmante. La razón es que el número de mujeres en carreras STEM (por sus siglas en inglés correspondientes a Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), está decreciendo.

Sin embargo, por otra parte, se da la paradoja de que hoy en día hay muchas mujeres que lideramos empresas tecnológicas en España, como es el caso de IBM, Google, Microsoft, Facebook, HP, Fujitsu, … y otras menos conocidas para el gran público por ser más especializadas: CommVault, RedHat, VMware, NetApp… por mencionar algunas. Es un caso muy singular que no ocurre en otros países de Europa ni tampoco en EE UU.

Cuando alguien me pregunta por qué somos tantas mujeres en España liderando empresas de tecnología no sé qué contestar, porque probablemente sea la mezcla de muchas circunstancias, no creo que haya una única razón. Hay unos factores culturales y socio-económicos que pueden influir: las familias necesitan que trabajen ambos miembros de la pareja, las bajas por maternidad son más cortas que en otros países europeos, los abuelos ayudan a conciliar, cada vez más se ve co-responsabilidad en la atención a los hijos por parte de ambos progenitores, y tenemos un acceso más fácil a cuidadoras que se encarguen de nuestros niños cuando ambos padres están dedicados a su trabajo en horas no escolares, o incluso fuera de su lugar de residencia…

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Estos factores que pueden estar favoreciendo la presencia de la mujer en puestos de responsabilidad en nuestro país no son necesariamente situaciones positivas, hay mucho por recorrer para hacer este camino más fácil. Pero es cierto que esta situación no es habitual fuera del sector de tecnología. Por tanto, ¿a qué se debe realmente que seamos más mujeres directivas que en otros sectores?

Recientemente he visto un biopic de una jueza en Norteamérica que luchó activamente por el derecho de la mujer: RBG, jueza icono. Cuando ella empezó la carrera solo había un 2% de mujeres (año 1957), mientras que en la actualidad en la carrera de Derecho hay un porcentaje entre el 50%-55%.

Yo estudié informática, empecé la carrera en 1975, y en aquella época ninguna chica sabía lo que era (tampoco ningún chico). En mi promoción empezamos 25% de mujeres y, según tengo entendido, en la misma facultad hoy en día hay alrededor de un 10%. Ésta es la realidad en la mayoría de las universidades españolas, situándose entre 10%-12%.

La capacidad y el talento de las mujeres es incuestionable y las empresas de todo tipo necesitan diversidad que enriquezca su proceso de toma de decisiones, por lo que la lucha por la diversidad ya no es solo una cuestión social, sino que se convierte en un tema claro de negocio, como una vertiente adicional a la lucha por la igualdad de las minorías. En la diversidad de género que nos ocupa, los referentes ayudan bidireccionalmente: a las chicas, al verse reflejadas en alguien, cuyos pasos pudieran querer seguir; y a las empresas, al ver que otras similares tienen gran éxito con una mujer liderando su equipo.

Los referentes femeninos son necesarios en todos los ámbitos para alentar a las jóvenes a estudiar y perseguir aquello que les apasione, hay muchas mujeres que han conseguido grandes logros en todos los sectores y tenemos que darles visibilidad. Pero además creo que debemos aprovechar la singularidad de nuestro sector en particular para utilizar estos referentes y fomentar las carreras STEM. Parece que a muy pocas chicas de hoy en día les llama la atención estudiar informática, o ingeniería o matemáticas… se imaginan a sí mismas pegadas al ordenador hasta las tantas…

Pero es compromiso de todos hacerles ver que una carrera STEM te abre todo un mundo de posibilidades, y cada vez más, porque la tecnología es clave en la economía digital, está afectando a la base de todas las áreas de actividad, y también a las ciencias sociales y humanitarias a las que quizá las mujeres tendamos de forma más habitual. Las chicas tienen mucho que aportar, y este sector necesita grandes talentos.

Hablando recientemente con la hija adolescente de una compañera que tiene muy claro que va a estudiar informática le pregunté: ¿por qué quieres estudiar esta carrera? Y me contestó que quería saber cómo se hace todo lo que hay detrás de las redes sociales, de las aplicaciones que utiliza en el móvil, … Curiosidad adolescente bien dirigida quizá porque sus padres trabajan en el sector. ¿Podemos influir también a las chicas que de alguna forma no tienen esta curiosidad o no saben a quién preguntar? Sí, hagámoslo utilizando las herramientas a nuestro alcance, y las valiosas referentes en nuestro país. Pero no es una tarea exclusiva de las mujeres, es una misión en interés de todos.

María José Miranda es directora General de NetApp Iberia

Fuente: El País