Microsoft lanza hoy una escuela de negocio online especializada en inteligencia artificial (IA) dirigida a directivos de empresa. Se llama AI Business School y es gratuita, según avanza David Carmona, director general de Desarrollo de Negocio de Inteligencia Artificial de Microsoft Corporación en una entrevista con Cinco Días.

Este español, que dirige desde la central de Redmond el equipo responsable de diseñar la estrategia de inteligencia artificial para todos los productos y servicios disponibles para empresas del gigante tecnológico, resalta la importancia que va a tener la formación para los líderes de negocio en esta materia.

«Se habla mucho de cómo la IA está transformando los trabajos, de cómo el personal técnico tiene que adaptarse a ella o de cómo todos los empleos van a ser más productivos con la inteligencia artificial, pero se habla poco del impacto que la IA va a tener en los roles de dirección de las empresas», señala Carmona, que advierte de la revolución que se avecina.

«Si mira lo que ha pasado en las últimas dos décadas vemos cómo cualquier empresa para ser competitiva ha tenido que convertirse en una empresa tecnológica, y lo mismo va a ocurrir con la inteligencia artificial: cualquier empresa que quiera ser competitiva y ofrecer servicios diferenciales tendrá que adoptar la inteligencia artificial. Por ello es clave que los directivos estén preparados, porque son quienes deberán liderar esa revolución».

Un asistente digital en cada empresa

Una parcela de negocio que está tomando mucha fuerza en los últimos tiempos es la de los asistentes digitales, donde Alexa (Amazon), Google Assistant, Siri (Apple), Bixby (Samsung) o Cortana (Microsoft) han tomado posiciones. David Carmona asegura que ve en ellos aspectos similares a la revolución de internet de hace 20 años. “Entonces, cada empresa tuvo que crear su sitio web corporativo, abriendo un nuevo canal para interactuar con sus clientes y que tenía que estar alineado con su marca como empresa. Ahora, está ocurriendo lo mismo con los asistentes digitales. Todas las empresas van a necesitar tener un agente virtual que sea su canal para clientes y empleados, y también como entonces deberán estar alineados con sus marcas puesto que les van a representar”.

El directivo explica que en este terreno la propuesta de Microsoft hoy es ayudar a otras empresas a que puedan crear estos agentes conversacionales. “Les ofrecemos una plataforma para que lo hagan. La idea es que utilicen nuestra tecnología para crear sus propios Cortana. Telefónica, por ejemplo, ha creado Aura utilizando nuestra tecnología, y BMW también ha desarrollado su propio agente digital para sus coches”. En este contexto, Carmona aclara también que Cortana “es una implementación más; en este caso como agente conversacional para Microsoft”.

Carmona resalta que Microsoft es el primer proveedor tecnológico que crea una escuela de este tipo (la presentarán hoy en EE UU a las 15:00, hora española). En ella se ofrecerán clases magistrales de expertos de negocio, se mostrarán multitud de casos de uso de compañías referentes en inteligencia artificial (Telefónica será una de ellas) y se contará con la participación de los principales líderes de Microsoft que compartirán sus propias experiencias, “pues nosotros mismos hemos pasado de vender licencias de desarrollo a proveer servicios en la nube y sistemas de inteligencia artificial”. También se les dará documentación, guías e información técnica.

“No se trata de que los líderes sean unos expertos tecnológicos en inteligencia artificial, pero sí que conozcan las capacidades y el vocabulario básico de la IA para poder colaborar con los departamentos técnicos y juntos poder hacer esa transformación de la empresa”, precisa Carmona. El directivo añade que el objetivo de Microsoft es democratizar el uso de la inteligencia artificial, “pues esta tecnología no solo mejora cualquier proceso que hagas en una empresa (la interacción con los clientes, la optimización de las operaciones o la productividad de los empleados) sino que, además, abre nuevas líneas de negocio. Telefónica, por ejemplo, ha creado Movistar Home, un dispositivo para el hogar donde puedes unificar toda tu vida digital, y es un producto que solo es posible con inteligencia artificial”.

Para lograr esa democratización, Carmona explica que Microsoft recurre a Azure, su plataforma tecnológica en la nube. A través de ella ponen a disposición de otras empresas toda su innovación en inteligencia artificial. “Por un lado, empaquetamos en piezas toda nuestra innovación (la referida por ejemplo a reconocimiento de voz, de imágenes, de comprensión escrita, de traducción) para que nuestros clientes puedan construir sobre ellas nueva innovación. Pero también ofrecemos tecnología para que las organizaciones creen inteligencia artificial desde cero. Ahí tenemos nuestra solución de machine learning automático (para crear fácilmente algoritmos de IA) y nuestra solución de aprendizaje de máquina (machine teaching)”.

Carmona explica que la evolución es ir hacia el aprendizaje de las máquinas por conocimiento. “Como humanos no aprendemos apoyándonos en cientos de millones de datos sino por transferencia de conocimiento. Cuando vamos al colegio, el profesor nos explica conceptos, nos pone ejemplos, no nos da millones de datos. Y esto permite que un usuario de negocio pueda educar, entrenar a una máquina con conceptos que el entiende”.

Sin sesgo

Pero hay un punto clave en el que Carmona pone foco, y que asegura abordarán en la escuela para directivos, y es la necesidad de que las empresas desarrollen una inteligencia artificial responsable, sin sesgo. “Si queremos confiar en ella es necesario garantizar la privacidad, la imparcialidad y la transparencia de los algoritmos de inteligencia artificial, y por ello, Microsoft está invirtiendo en tecnologías que ayuden a nuestros clientes en esta tarea”.

Carmona apunta que su compañía ofrece ya tecnologías que permiten identificar el sesgo tanto en el punto de partida de los datos como una vez creado el algoritmo. Para esto último utilizan técnicas que permiten abrir la caja negra de los algoritmos para entender cómo toman las decisiones. “Pero, más allá de la tecnología, también es relevante que el personal que desarrolle esos algoritmos esté formado para evitar esos sesgos. En Microsoft recomendamos que cuando las decisiones de esos algoritmos puedan tener un impacto en personas, el ser humano debe formar parte del ciclo de decisiones. Es decir, que el algoritmo provea recomendaciones, que harán más productiva y exacta a la persona (al ser capaz de manejar una cantidad de datos que un ser humano no puede), pero que sea esta quien tome la decisión en última instancia”.

Desafíos y entorno jurídico

Para Carmona, las empresas tienen que ser responsables de las decisiones que tomen su inteligencia artificial, “y en Microsoft eso lo llevamos a rajatabla. En el pasado, nuestros ingenieros lo primero que aprendían era desarrollo seguro de software; ahora, lo primero que están aprendiendo es desarrollo ético de inteligencia artificial”.

El ejecutivo de Microsoft advierte que es fundamental que tanto la empresa privada como las organizaciones públicas sean conscientes de esos desafíos si no se quuiere perder la confianza del usuario. “La inteligencia artificial como cualquier otra revolución tecnológica tiene un componente de cambio muy importante, así que los gobiernos no solo deben ser partícipes de ella sino que deben crear un entorno jurídico para que no sean las empresas privadas las que se autorregulen en inteligencia artificial”, señala.

El directivo defiende, no obstante, que habrá parcelas en el trabajo y en la vida donde no entre la inteligencia artificial. “En Microsoft vemos la IA como algo que aumenta las capacidades humanas. Creemos que en esa colaboración entre máquina y hombre está realmente su potencial. Nos liberará de muchos procesos rutinarios, pero no pensamos que la inteligencia artificial vaya a reemplazar la creatividad, la empatía o la capacidad del ser humano para hacer juicios o resolver problemas”.

Carmona no cree que en el corto plazo la inteligencia artificial vaya a suponer una eliminación masiva de puestos de trabajo, porque hoy la IA está centrada en escenarios específicos. “Le falta mucho para llegar a escenarios generales que puedan sustituir a un trabajo completo, pero eso no quiere decir que los trabajos no vayan a cambiar. Ya pasó en el pasado con el PC, con internet o con el móvil, por eso es muy importante que trabajemos todos juntos, organismos públicos y empresas privadas, para que podamos proveer la educación y reeducación necesarias para que toda la sociedad pueda ser parte de esta revolución de la inteligencia artificial. Debemos tener las salvaguardas sociales para que esa transición sea lo más fácil posible”, añade.

Proyectos españoles

Un reciente estudio de Microsoft muestra que el 93% de las compañías de alto crecimiento (aquellas que esperan un crecimiento orgánico de ingresos de doble dígito) en Europa y EE UU planea desplegar soluciones de IA que les ayude en la toma de decisiones en los próximos 1 a 3 años. De hecho, más de la mitad indica que planea hacerlo a lo largo del próximo año.

La propia Microsoft asegura que ha incorporado la inteligencia artificial en todos sus productos y servicios, entre otros en Excel, Word, Power Point o Power BI. También según David Carmona, hoy más de 1,2 millones de desarrolladores emplean los servicios cognitivos de Microsoft para incorporar inteligencia artificial a sus proyectos. Es el caso de algunas empresas españolas como LaLiga, Línea Directa Aseguradora, Aenor, Ineco, la ONCE, Ibercaja, el Hospital La Paz y Telefónica.

Por ejemplo, la entidad financiera está utilizando su tecnología en un proyecto que permite a los agricultores de Aragón realizar un consumo más eficiente del agua y mejorar la trazabilidad de sus cosechas. El hospital madrileño la está empleando para optimizar los análisis genéticos aplicados al diagnóstico de enfermedades raras. Y la teleco va a llevar la tecnología de IA de Microsoft hasta el corazón de su negocio, su infraestructura de red, “para mejorar el servicio que da a sus clientes”.

Fuente: Cinco Días