La cadena hotelera Meliá ha salido victoriosa de la primera demanda que le presentó un particular damnificado por las nacionalizaciones realizadas por el gobierno castrista desde 1959. En concreto, la demanda fue presentada ante un juzgado de Palma de Mallorca por los herederos de Rafael Lucas Sánchez Hill, que fue dueño de la finca azucarera Santa Lucía, expropiada en la provincia de Holguín. En ese terreno están en la actualidad los hoteles Paradisus Río de Oro y Sol Río de Luna y Mares, ambos propiedad de la empresa estatal Gaviota y gestionados por Meliá.

La demanda fue desestimada ayer por el juzgado de Juzgado de Primera Instancia número 24, al considerar que España no tiene competencia para que sus juzgados resuelvan pleitos sobre inmuebles situados fuera de su territorio. En un auto, la jueza decretó el sobreseimiento de las actuaciones y condenó a la parte actora al pago de las costas, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Baleares en un comunicado. La resolución no es firme y contra ella cabe recurso de apelación ante la Audiencia de Palma.

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En cualquier caso, Meliá se ha mostrado tranquila respecto a la presentación de demandas, ya que considera que no corre ningún riesgo, puesto que asegura que no tienen ningún hotel en propiedad y que son meros gestores de los inmuebles.

Las hoteleras españolas son las más afectadas en todo el mundo por este proceso de demandas por la importante cuota de mercado que tienen en Cuba. Meliá e Iberostar son las cadenas más hoteles en el archipiélago, con 32 y 21 establecimientos cada una, seguidas muy de lejos por H10 y Globalia, con cuatro hoteles. Entre todos suman cerca de 35.000 habitaciones, el 52% de la planta hotelera.

Otras cadenas españolas, como Barceló o Iberostar, también afrontan un proceso similar. Ambas están incluidas en la demanda presentada por el despacho de abogados Rivero Mestre LLP en una corte federal de Miami contra los grupos hoteleros Cubanacán, Gaviota y Gran Caribe, cuyos hoteles expropiados son regentados por Accor, Barceló, Blue Diamond e Iberostar.

Fuente: Cinco Días