De los muebles, a los inmuebles. Desde una pequeña parte del negocio inmobiliario, la carpintería y las reformas, ha llegado a ser uno de los empresarios más ricos del sector. Manuel Jove Capellán (La Coruña, 1941) empezó siendo carpintero, siguiendo la tradición familiar, y supo hacer fortuna en la promoción inmobiliaria.

Es una de las personas más ricas de España, con 2.000 millones de dólares (1.700 millones de euros) de patrimonio, según la revista Forbes, y acaba de comprar el 30% que no poseía de Avantespacia Inmobiliaria a BBVA.

Sus hábitos y sus amigos no han cambiado, a pesar de su entrada en la lista de los más pudientes. Aparte de estar con su familia y trabajando, su gran afición es fabricar muebles de madera en un pequeño taller de su casa, en lo que es un gran experto. También cuenta con una de las colecciones de arte privado más importantes de España.

Jove empezó con 11 años a trabajar en la carpintería de su padre, donde él y su hermano mayor, Ángel, aprendieron el oficio. Con 19 años, Manuel abrió taller propio de carpintería para promotores inmobiliarios con su hermano, con el que se fue a Alemania, como tantos emigrantes de aquella época. Allí empezaron ya a vender viviendas de Galicia. A los 24 años, se casó.

Con el tiempo, los dos hermanos separaron sus caminos profesionales. Angel creó Anjoca, más centrada en el sector hotelero que en el inmobilario. Y a finales de los setenta, Manuel fundó Edicosa y su filial Fadesa, que comenzó haciendo vivienda protegida. Su éxito creció en los años noventa, con promociones en Galicia y otras como Guadalmina en Marbella. Fadesa acabó comiéndose a su matriz y convirtiéndose en una de las principales promotoras españolas.

Una de las claves de su éxito fue que cubría todo el proceso inmobiliario: búsqueda de suelo, investigación de mercados, proyectos arquitectónicos, construcción, comercialización y servicio de posventa.

En 2002, Jove sufrió el fallecimiento de su hija María José, con solo 37 años, de una aneurisma cerebral. Era precisamente vicepresidenta de la compañía y estaba destinada a heredarla. Un hijo de su hermano Ángel murió también por aquella época, de un fallo cardiaco.

El desgraciado acontecimiento influyó en que Jove sacara el 46% de Fadesa a Bolsa en 2004 y la vendiera a Martinsa en 2007 por 4.000 millones, con 1.400 empleados y 2.300 millones de euros de beneficios. Martinsa quebraría luego, en pleno estallido de la burbuja. Martinsa denunció a Jove por inflar el precio, pero perdió en los tribunales en 2012, gastos legales incluidos.

Desde 2003, la Fundación María José Jove, a la que el empresario donó su colección de arte, trabaja con la infancia y las personas con diversidad funcional. Desarrolla su actividad principalmente en Galicia, donde se ha convertido en una fundación de referencia.

Nada más vender Fadesa, Jove creó el holding Inveravante para invertir en el sector inmobiliario y otros ámbitos: hoteles, agroalimentación y energía –renovables y petróleo–, aunque está desinvirtiendo en este último. Entre sus activos están el Parque Warner de Madrid, la cadena de hoteles urbanos Attica 21, nueve bodegas y una empresa de quesos.

En 2017, Inveravante tuvo una cifra de negocio de 92 millones de euros y un beneficio de 36 millones. Cuenta con más de 800 empleados directos, entre ellos, su hija Felipa, en la parte más corporativa y en la presidencia de la Fundación, y su hijo Manuel Ángel, volcado en conseguir la rentabilidad del patrimonio.

Una de sus principales inversiones fue precisamente la entrada en el capital de BBVA, entidad de la que Jove fue máximo accionista individual con el 5% del capital (ahora no llega al 3%). Esa apuesta le salió mal durante la crisis financiera, aunque llegó a tener una fortuna de 3.000 millones de dólares (2.600 millones de euros) en 2011, según la revista Forbes.

El pasado martes, el empresario gallego anunció que adquiría la totalidad del capital de la sociedad Avantespacia Inmobiliaria, fundada en 2016 con BBVA, al comprar el 30% del capital que controlaba el banco. El objetivo de Jove es desarrollar casas de viviendas en zonas bien ubicadas de las principales capitales de provincia del país.

El importe de la operación no ha sido desvelado por las partes, aunque su valor contable estaba en los 17 o 18 millones de euros. Avantespacia es, por el momento, una inmobiliaria de pequeño tamaño con proyectos en varias ciudades y en zonas costeras españolas.

A sus 77 años, Manuel Jove aún parece estar lejos de jubilarse, y sigue detectando oportunidades en el muy cíclico sector inmobiliario desde su tranquilo taller de carpintería.

Inversor en todo el mundo

Después de su primera incursión en Alemania, Manuel Jove hizo que Fadesa fuera una de las primeras inmobiliarias españolas en salir al exterior y se expandió por Portugal, Marruecos, Hungría, Francia, Polonia, Bulgaria y México. Ahora, Inveravante tiene negocios en España, Marruecos, México, Brasil, Canadá, Alemania y Rumanía, entre otros.

Fuente: Cinco Días