Cuenta por éxitos sus distintas incursiones en el mercado inmobiliario, siempre rodeado de un equipo fiel, y con buen humor. Luis López de Herrera-Oria (Madrid, agosto de 1956) lleva tres décadas en el sector encadenando buenos negocios, y ahora quiere sumar uno más con la OPV de la socimi Árima Real Estate.

Herrera-Oria confía, pues, en su experiencia y conocimiento de las propiedades y del mundo de la inversión para superar las dudas de mercados y que no le pase como a Azora, Testa o Metrovacesa, que fracasaron total o parcialmente en sus salidas a Bolsa este año, ni como a otras empresas europeas de otros sectores que también han tenido problemas.

Árima Real Estate anunció el martes que tiene intención de debutar en el mercado continuo español el próximo día 19, con una ampliación de capital de 300 millones de euros que destinará a inmuebles comerciales. La idea es imitar el éxito de la socimi Axiare, que nació sin activos y acabó comprada unilateralmente por Colonial, que absorbió activos por 1.710 millones de euros.

Licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, Herrera-Oria es miembro de la Royal Institution of Chartered Surveyors, una organización multinacional de origen británico que agrupa a los profesionales del sector de la propiedad.

Lleva en el mundo inmobiliario desde los ochenta, por lo que ha vivido todas las subidas y bajadas propias del mismo. Su estancia más larga en una compañía fue como director de Prima Inmobiliaria, entre 1986 y 2002, periodo en el que también la sacó a Bolsa (1988). En 1990 se convirtió en la mayor empresa de España del sector, y en 2000 se fusionó con Vallehermoso.

En 2002, Herrera-Oria fundó con antiguos compañeros de Prima la firma Rodex Asset Management, donde probó por primera vez la inversión en el mercado de oficinas de Madrid y Barcelona. El negocio principal de esta empresa se transfirió en 2007 a Alza Real Estate, donde Herrera-Oria ejerció como CEO.

A nivel personal, le caracteriza el carácter afable y la campechanía. Y a juzgar por su trayectoria, también la lealtad a sus colaboradores, todos 10 o 20 años más jóvenes. Con Chony Martín Vicente-Mazariegos, Guillermo Fernández-Cuesta y Fernando Arenas, que también estarán en Árima, coincidió ya en Prima.

Stuart William McDonald, a diferencia del resto, que son economistas o abogados, es licenciado en Lenguas Vivas, además de posgrado en Valoración y Gestión Inmobiliaria. Y Carmen Boyero-Klossner, jefa de relaciones con los inversores, es ingeniera en Telecomunicaciones.

Todos ellos estuvieron en Axiare, creada por Herrera-Oria en 2014, y donde demostró que sabía hacer negocio con las socimis, un –entonces nuevo– tipo de sociedad inmobiliaria que goza de grandes ventajas fiscales y que está obligada repartir sus dividendos.

En el folleto de la OPV de Árima, el equipo de Herrera-Oria dice estar “plenamente comprometido” y presume de “una dilatada experiencia en el sector inmobiliario comercial en España, habiendo trabajado para conocidos participantes en el mercado”.

Árima, que ya tiene el visto bueno de la CNMV, empleará los fondos de la ampliación, que consistirá en la colocación de hasta 30 millones de acciones nuevas a 10 euros cada una en la inversión en inmuebles de oficinas o locales comerciales principalmente situados en el distrito financiero del centro de Madrid (y puntualmente en Barcelona), en el plazo de unos dos años, para ponerlos en alquiler.

Rodex, el vehículo de López de Herrera-Oria, verá diluida su participación a cerca del 2% de suscribirse toda la oferta, quedando el resto en manos de inversores institucionales.

El objetivo de Árima es alcanzar una media de rentabilidad para el accionista de entre el 12% y el 15% anual. En el folleto, los promotores presumen de que doblaron el valor de la acción de Axiare en 3,5 años (desde la OPV de 2014, a 9,33 euros, hasta el final del proceso de opa por parte de Colonial el pasado enero, a 18,36 euros). Eso no impidió a Herrera-Oria estar entre los directivos mejor pagados de España, ingresando más de 30 millones en esos casi 4 años. Además, al dejar la compañía tras la venta, pactó recibir dos años de una especie de paro de Axiare si el Estado se la negaba.

La salida a Bolsa de Árima se produciría tras varias experiencias fallidas o agridulces de otras compañías este año, después de años de recalentón inmobiliario con la recuperación económica. Pero Herrera-Oria no teme al ciclo feroz: “El mercado de oficinas de Madrid muestra un desequilibrio entre oferta y demanda de oficinas de calidad” y él y su equipo tienen “una gran experiencia en la creación de productos únicos diseñados para satisfacer la demanda actual”.

Habrá que ver si Luis López de Herrera-Oria añade otra muesca de éxito a su colección de empresas inmobiliarias.

Sus otras ocupaciones

El que tuvo, retuvo. López de Herrera-Oria dejó los puestos ejecutivos de Alza en 2014, pero sigue en ella en cargos no ejecutivos, y mantiene una participación menor al 1% a través de Rodex.

Además de algún otro proyecto inmobiliario, el promotor de Árima es dueño de varias empresas de terreno rural para producción agrícola en Ciudad Real, y de Puerto Feliz, dueña de un acuerdo contributivo para construir un puerto en las Islas Canarias. Guillermo Fernández-Cuesta es accionista de la empresa de drones Hola Bob.

Por último, ha sido asesor independiente de fondos como Falcon II, de Morgan Stanley y CBRE, y de iAdvise Partners.

Fuente: Cinco Días