El comercio electrónico y la sobreoferta ha puesto en jaque en algunos países el modelo de los centros comerciales estadounidenses que se ha expandido por todo el mundo. En 2017 en EE UU se cerraron 2.468 tiendas en estos lugares, según Bloomberg. Además, el banco global Credit Suisse calcula que en cinco años el 25% de los grandes almacenes estadounidenses cerrará, unos 300 de los más de 1.100 que existen ahora. En España, tras una renovación del modelo y algunos cierres de tiendas en los últimos años, el negocio de los centros comerciales parece estar levantando el vuelo de nuevo, con nuevas aperturas y más ventas.

MÁS INFORMACIÓN

Según la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) en 2017 se abrieron cinco nuevos grandes centros en todo el país y aumentaron las ventas en un 3%. No todos están llamados a sobrevivir: grandes marcas como Cortefiel, C&A, Adolfo Domínguez o Inditex han cerrado tiendas en algunos espacios agotados. Renovarse o morir, esa es la consigna.

«El balance provisional del 2017 es muy positivo comparado con el año anterior. Calculamos que las ventas han aumentado un 3% y la afluencia de clientes en un 1% en los centros comerciales», explica Javier Hortelano, presidente de la AECC. En España este sector aportó 8.266 millones de euros en 2016, el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 5,7% del sector servicios, según los últimos datos disponibles de la Asociación.

En 2017 abrieron cinco centros comerciales en España: Alisios, en Las Palmas; Parque Melilla (Melilla); Terrasa Plaça, en Barcelona; y Plaza Río 2 y Sambil Outlet, ambos en Madrid. Un total de 206.036 metros cuadrados nuevos y una inversión en parques comerciales en funcionamiento que superó los 2.000 millones de euros, según la AECC. Además, la asociación explica que se encuentran en construcción 17 centros como La galería de Canalejas en Madrid y Alfafar Parc en Valencia, entre otros, que superarán el millón de metros cuadrados.

Así, la AECC afirma que se trata de un sector “maduro” y rechaza que se pueda hablar de una caída del negocio, pero admite que existen una serie de “macrotendencias” que hay que tener en cuenta. «Ha aumentado el peso de la tecnología y ha habido un cambio en la experiencia del usuario», matiza Hortelano, que asegura que lo importante es «adaptarse» al consumidor. En España, varias marcas han cerrado establecimientos en los centros comerciales, como C&A que ha anunciado el cierre de 23 tiendas; Inditex, que ha abandonado cuatro centros comerciales (Parque Corredor, Plaza Éboli, Getafe 3 y La Albufera) y Cortefiel, que cerró varias macrotiendas en 2017, entre otras.

La consultora inmobiliaria americana CBRE asegura que los problemas que se encuentran en los centros comerciales de EE UU no son extrapolables a España. Enumeran la gran sobreoferta de locales, la obsolescencia de los centros —construidos la mayoría en los años 50— y el auge del comercio electrónico como los enemigos de las grandes superficies norteamericanas. «Ni en España ni en Europa existe esta sobreoferta», explica Gonzalo Senra, director nacional de retail de CBRE, que añade que la densidad comercial por habitante «es de un metro cuadrado de media», mientras que en Estados Unidos la cifra es cinco veces mayor.

La solución: modelo híbrido y servicios extra

Para la consultora, la solución y el futuro de los centros comerciales se encuentran en un modelo «híbrido» que aúne lo online y lo offline. «Empresas que antes solo se dedicaban a vender por Internet se han lanzado a instalar tiendas físicas porque se han dado cuenta de que la vinculación con el cliente es necesaria», comenta. Senra pone como ejemplo la marca de gafas Hawkers, que el pasado septiembre abrió su primera tienda física tras haberse centrado hasta el momento únicamente en venta por Internet.

Así, Senra explica que la tienda física «no va a desaparecer». Y el centro comercial «se tiene que convertir en algo más experiencial, en una zona de ocio y encuentros y ofrecer algo más al consumidor que simplemente comprar una camiseta», comenta. Y reitera que «existe una amenaza» por el comercio electrónico, pero que «hay que evitar el ataque de pánico». En EE UU la venta online representa el 15% del total de ventas minoristas, mientras que en España solo es el 4%. Sin embargo, la penetración del comercio electrónico crece por encima del 20%, frente al 14% del país norteamericano.

Desde CBRE, la solución para mantener competitivos los centros comerciales y garantizar su supervivencia es la inversión. «Hay un efecto directo e inmediato en las afluencias y el periodo de estancia en los centros comerciales que invierten en zonas de comida y atraen operaciones de restauración, que aumenta hasta en dos horas de media», asegura Senra. En 2017 en España, los 560 centros comerciales existentes suponían el 18% de las ventas minoristas, frente al 17,7% del año anterior. En EE UU, los más de 110.000 que hay suponen el 76%, según la consultora. «Lo que necesitan hacer los comercios es dar una apuesta clara, aunque sea con menos establecimientos pero con una imagen más potente. Dar al cliente potencial una razón adicional para que los visite», sentencia Senra.

Comerciantes preocupados

Por su parte, José Guerrero, secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), asegura que, pese a que «ahora mismo la situación de EE UU no es la misma que en España», si continúa creciendo la oferta llegará un momento en el que «pueda extrapolarse el problema». «La sensación que tenemos es que muchos comercios han cerrado este último año. El desembarco de los establecimientos en el centro de las ciudades va en detrimento de los centros comerciales de la periferia», explica Guerrero.

«Creemos que la crisis de los centros comerciales en EE UU se va a producir en España de manera rápida y exponencial en los próximos años», confiesa. Es por ello por lo que pide que el conjunto del sector y las administraciones «reflexionen y cuiden» el modelo comercial «adaptado a la vida mediterránea» que hay en España. «Exigimos que todos los comerciantes compitan en igualdad de condiciones, tanto en tiendas físicas como aquellos que vendan por internet para poder mantener los establecimientos», comenta.

Fuente: El País