Los españoles se aficionan cada vez más a las mascotas y eso ha disparado la aparición de un nuevo sector empresarial compuesto por cadenas de centros y clínicas. Pese a que en España hay muchos más centros (más de 6.000) y veterinarios, el gasto por animales domésticos es menor que en otros países de la UE. Y no se debe a que los españoles sean más rácanos con las mascotas, sino porque el sector estaba muy poco profesionalizado y generaba poco valor añadido. “Las clínicas las abría un veterinario”, explica Jaime Díaz, gerente de AMVAC (Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía), “y, aunque están muy bien formados, suspenden en la gestión y marketing”.
Tanto es así que, pese a que el sector empezó a recuperarse en 2014, parte de los 6.000 centros existentes están en peligro de extinción. “Solo en 2014 cerraron 730 clínicas”, apunta Jesús A. Gutiérrez Aragón, vicepresidente de CEVE (Confederación Empresarial Veterinaria Española). La suma de un mercado en crecimiento con un sector obsoleto se ha revelado toda una oportunidad para las cadenas, inmersas en un proceso de crecimiento acelerado mediante la apertura o compra de clínicas existentes.
Ya hay unas 10 marcas en proceso de expansión entre las que destacan Kiwoko, la más grande en número de centros (con 101 locales) y que facturó 70 millones de euros en 2017; seguida por Tiendanimal, con 34 locales y 72 millones en ingresos. Nacidas ambas como centros de atención veterinaria y venta de productos, con sección de peluquería y wellness, ahora están instalando clínicas en sus locales. Otra de la misma liga es HobbyZoo, con 24 locales. Luego vienen las clínicas puras y duras como Vetland y SVH (Servicios Veterinarios Hospitalarios), con locales propios, o Nexo, Veteralia y Vetersalud, en franquicia.
Tiendanimal se inició como un sitio de comercio electrónico, pero, dado su éxito (facturó 30 millones en 2014), empezó a abrir tiendas tras su venta a Miura Capital ese mismo año. Otra que se ha disparado es Kiwoko (ahora es de TA Associates), que ha venido comprando pequeñas redes regionales. Entre las cadenas de clínicas, el proyecto más ambicioso es el de SVH, de Collins Capital. “Hemos creado ya”, dice Pablo Garriga, socio director, “el mayor grupo hospitalario veterinario”. La empresa, que prevé facturar 20 millones de euros este año, se hizo en 2017 con el hospital Ars Veterinaria en Barcelona, Vetsia en Madrid, Indautxu en Bilbao y las Clínicas Terán en Asturias.
MÁS INFORMACIÓN
Detriavall, de la familia Martínez, tiene también grandes proyectos para su cadena Vetland. Fundada en los ochenta, empezó en el sector de las cadenas dentales. En 2010 creó ASPAD, una red de clínicas veterinarias independientes pero agregadas (unas 400), que funcionan como complemento a un seguro de mascotas. Y en 2015 ya fundaron su propia cadena, Vetland, que, según su administrador, Manuel Martínez, “tiene 12 centros y facturará este año unos tres millones de euros”.
“Estas firmas empezaron a surgir en la crisis, cuando la gente empezó a recortar gastos”, asegura José Arnas, secretario general de ASAC (Asociación del Sector de Animales de Compañía). La vetustez de los centros independientes también los ayudó. “Entramos en el sector”, explica el consejero delegado de Tiendanimal, Rafael Martínez Avial, “porque los centros existentes no daban el servicio adecuado”. En sus locales (que no venden mascotas) se pueden adoptar animales, recibir cursos de adiestramiento o hacer tratamientos preventivos.
Pero si se están acelerando las aperturas es porque el sector, reconoce Garriga, de Collins, “está en pleno crecimiento (7,4% en 2016)”. Cada vez hay más mascotas y sus dueños gastan más en ellas. En Estados Unidos el gasto subió de 41.000 a 67.000 millones de dólares entre 2007 y 2016. En España, con 20 millones de mascotas (5,1 millones de perros y 2,3 millones de gatos), el gasto es de 2.200 millones al año. La mayor oferta provoca más consumo. “La calidad de los piensos”, dice Díaz, de AMVAC, “es muy alta: hay alimentación específica para razas y dietas veterinarias para diferentes patologías”. La peluquería, antes limitada a canes exclusivos, se ha popularizado.
Todas las prestaciones
Las clínicas ofrecen todo tipo de prestaciones. “Hoy se trata cualquier problema”, señala Arnas. “A un perro que le falta una extremidad se le pone un aparato”. Díaz añade que “antes el tratamiento acababa en las vacunaciones, pero hoy se les facilita un programa completo de vacunación y al llegar a los ocho años se les hace un chequeo geriátrico”. “Los quirófanos poseen monitores multiparamétricos o equipos de anestesia gaseosa”.
Prestar esta multiplicidad de servicios no está al alcance de todos; lo que beneficia a estas cadenas, bien dotadas de capital. “Nuestro centro de referencia tiene 1.000 metros cuadrados”, señala Martínez Avial. “El coste de instalación supera los 600.000 euros por tienda”. Pero las perspectivas son tan buenas que todas estas empresas tienen fuertes planes de crecimiento en marcha. En Tiendanimal, con 34 centros, prevén llegar este año a los 65, con 105 millones de ventas, e incluso a los 220 en 2023. En Vetland, con 12 clínicas, se abrirán 14 en 2018. “En cinco años queremos tener unos 100 centros”, apunta Martínez. El fenómeno es, pues, imparable. De hecho, la hasta hace poco ausencia de estas cadenas en España era como una anomalía. “En otros países”, afirma Díaz, de AMVAC, “son muy frecuentes. De hecho, firmas como la estadounidense Banfield y la sueca AniCura son fuertes y expansivas. Según apunta Díaz, “si bien aún no han entrado en España, es posible que muy pronto lo hagan”.
Fuente: El País