Siemens se ha enrocado ante el pulso que le ha lanzado el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a cuenta de la filial eólica Siemens Gamesa, en la que el grupo alemán tiene un 59% del capital e Iberdrola un 8,1%. Así, fuentes próximas a Siemens, subrayan que esta compañía no tiene ninguna intención de cambiar la sede del fabricante de aerogeneradores, actualmente en Zamudio (Vizcaya), ni fuera de España ni a otro lugar de España.

 Este es uno de los dos puntos que Iberdrola ha incluido en el orden del día de la junta general de accionistas que se celebra mañana en la localidad vizcaína , la cual no se augura pacífica. En el segundo, la eléctrica plantea “el reforzamiento del gobierno corporativo de la sociedad en materia de operaciones vinculadas, para la protección de los accionistas minoritarios frente al riesgo de administración de hecho por parte del accionista mayoritario”. En otras palabras, que “los minoritarios se beneficien de los mejores precios frente a los intereses de un conglomerado como Siemens”, interpretan en Iberdrola.

La alemana, que no quiere desvelar su voto sobre las peticiones de Iberdrola en la junta, avanza, no obstante, su posición en contra al recalcar que está cumpliendo el pacto accionarial firmado en 2016 con Iberdrola en el marco de la fusión y el plan industrial que la justificó. En dicho pacto ya figura el compromiso de mantener la sede en el País Vasco (además, cualquier decisión en contra implica un cambio de los estatutos, insiste) y que su compomiso para convertir Siemens Gamesa en el número mundial en eólica, “es absoluto”.

Los responsables de la alemana dicen mantener ”una relación fluida con Galán” con el que “sigue habiendo encuentros” y recuerdan que, tras la presentación de su plan estratégico, que ha implicado un fuerte ajuste de plantilla, la acción subió de 12,5 euros a 13 euros por acción. Eso sí, lejos de los 22 euros en que cotizaba en el momento de la fusión, tras la cual perdió un 45% de su valor. Siemens achaca esa hundimiento a razones coyunturales.

Pese al escaso peso de la española en el grupo resultante de la fusión de la que fue su filial de aerogeneradores (Gamesa) con su homóloga propiedad del grupo alemán, ambas mantienen un pacto accionarial desde junio de 2016. Dicho pacto fue el que permitió entonces la fusión Siemens Gamesa sin que la alemana tuviera que lanzar un aopa por el 100%, una exención que permite la ley de opas.

Todo apunta a que Iberdrola quiere forzar la ejecución de la claúsula del pacto, según la cual, si este no se cumple Siemens debe recomprarle su 8% a 22 euros la acción o, en su caso, con una prima del 30% respecto al valor de mercado. De hecho, su presidente ha emplazado a una negociación con los alemanes, como paso previo a dicha solución, tal como figura en el acuerdo. Siemens insiste en que no se ha producido ningún incumplimiento y que “el socio y cliente español está siendo respetado”.

La alemana sigue en sus trece

En respuesta a las críticas que desde hace varios meses viene lanzando el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, contra su socio en Siemens Gamesa, a los responsables del grupo alemán les gusta exhibir los múltiples contratos que se ha adjudicado la filial de aerogeenradores en el mundo.

No ocultan, sin embargo, su malestar por la adjudicación a Vestas del grueso del contrato de mantenimiento de los parques eólicos de la eléctrica en España.

Respecto a las críticas lanzadas por galán respect o a los cambios en el equipo directivo, en Siemens recuerdan que dichos nombramiento fueron acordados por el consejo en el que está representado Iberdrola.

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Fuente: Cinco Días