Las plataformas de contenidos digitales como Netflix y HBO y los cambios en las tendencias de consumo han explotado el fenómeno seriéfilo, pero no han conseguido acabar con su más ferviente competidor: el largometraje. Pero si existe un factor discriminador decisivo en el séptimo arte, no tiene tanto que ver con el formato como con otra cuestión primaria en cualquier sector: el dinero.

Aunque los nuevos canales de distribución han dado alas a diversas producciones independientes, la falta de financiación sigue siendo un problema esencial para los artistas ajenos a los gigantes del entretenimiento. La tecnología ha abierto algunas soluciones para que muchos creativos no tengan que depender de una gran mano que les dé de comer y sean capaces de diversificar esta responsabilidad. Al margen de la más conocida, el crowdfunding, la cadena de bloques ofrece una posibilidad que unos pocos pioneros se han atrevido a explorar.

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Leonardo de Armas se ha aventurado a dirigir Campeonato Mundial, una película biográfica sobre el gimnasta Gervasio Deferr, protagonizada por el bicampeón olímpico y con María León y Carmina Barrios en el reparto. La producción correrá a cargo de Íñigo Marco, miembro de la Academia de Cine y realizador de largometrajes nacionales como Alatriste.

Ante la perspectiva de encontrar presupuesto para el rodaje, quiso salir de las vías de financiación convencionales. “Blockchain es la solución ideal para lo que estoy buscando, un entorno que me permite llevar a cabo este proyecto con una mayor libertad creativa”, defendía el director en el vídeo de presentación de su proyecto.

El gimnasta Gervasio Deferr durante su participación en los Juegos Olímpicos de Pekin 2008 Getty Images

La iniciativa, que busca recaudar siete millones de euros antes de febrero, utiliza para ello Tokit, una plataforma para la tokenización de contenidos desarrollada por SingularDTV, una compañía pionera en la descentralización de la industria del entretenimiento.

De Armas presentó su proyecto en esta plataforma y definió el presupuesto que necesita para llevarlo a cabo. Aquellas personas que quieran invertir, compran Hagak, la moneda virtual creada para este fin. Una vez filmada, la película se distribuirá en el portal de distribución de contenidos EtherVision y cada euro recaudado se repartirá proporcionalmente entre los inversores.

Campeonato Mundial es el primer proyecto cinematográfico español que busca financiarse a través de una red blockchain, pero existen otras iniciativas internacionales que exploraron este modelo antes. Joseph Lubin, cofundador de Ethereum, convenció a la cineasta Mitzi Peirone para utilizar la cadena de bloques en la recaudación de fondos de Braid, su ópera prima. De esta forma, se ha conseguido estrenar la primera película norteamericana financiada con una moneda virtual.

Peirone utilizó la tecnología de ConsenSys —una compañía recientemente fundada por Lubin— para hacer posible su proyecto. Gracias a Braid, esta empresa pudo inaugurar WeiFund, una plataforma de financiación a través de blockchain que recibió un premio al proyecto más innovador en la Semana Internacional de Blockchain de Shanghai, en China, hace ya dos años.

Cartel promocional de ‘Braid’

El director guatemalteco Javier Borrayo también recurrió a la cadena de bloques para abordar su película Luz y lo hizo a través de la misma plataforma que está utilizando De Armas. “Como artista, músico y actor, puedo decir que en el mundo de la cultura cuesta sacar un proyecto adelante porque no hay suficientes canales o maneras de compartir nuestras creaciones y esta solución puede darnos esperanza”, afirmaba tras finalizar su campaña de captación de fondos.

Borrayo resaltaba entonces la diferencia existente entre este modelo de financiación y otras que, en la práctica, parecen similares. “Tokenizar un proyecto no es lo mismo que lanzar un crowdfunding”, remarcaba categórico. “Con blockchain le dices a la gente: te estoy vendiendo una parte de mi proyecto y vamos a obtener un beneficio juntos”. El propio Lubin no consideraba que esta práctica pudiera definirse estrictamente como crowdfunding y prefería entenderlo como un híbrido entre este y una inversión financiera.

Con blockchain le dices a la gente: te estoy vendiendo una parte de mi proyecto y vamos a obtener un beneficio juntos.

Javier Borrayo, director de cine

No cabe ninguna duda de que existen diferencias entre ambos sistemas de recaudación. La modalidad más conocida del crowdfunding es aquella en la que un grupo de personas deciden patrocinar una campaña a cambio de recibir el producto en el que están invirtiendo. El modelo de blockchain mantiene el espíritu inicial de apoyo de iniciativas interesantes e innovadoras, pero aporta un componente especulativo con el que el inversor puede beneficiarse si acierta a la hora de decidir dónde poner su dinero. Esto también genera una cierta fidelización entre ambas partes. “Con esta forma de fianciación, es posible mantener una relación de continuidad con el inversor, compartiendo los beneficios de mi trabajo y haciéndole sentir la obra como algo propio”, reconoce De Armas. “Se establece una relación de crecimiento mutuo, sin intermediarios”

Fuente: El País