El fabricante de vaqueros Levi Strauss ha registrado el folleto de su regreso al parqué estadounidense. La compañía, que planea cotizar en la Bolsa de Nueva York, bajo el ticket Levi, pretende captar al menos 100 millones de dólares en la operación pública de venta (opv). Medios especializados como la cadena estadounidense CNBC señalan que la compañía pretende conseguir entre 600 y 800 millones de dólares mediante esta oferta en el parqué neoyorquino.

La llegada a los mercados bursátiles se produce en un momento complicado para la industria de los vaqueros, que está perdiendo cuota en favor de otros tipos de prendas. No obstante, la firma estadounidense ve una «oportunidad significativa» que impulse su presencia en los mercados emergentes, como China, India y Brasil. El primero de estos países representa el 20% del mercado textil, pero solo el 3% de las ventas de Levi.  

Con los ingresos adicionales obtenidos de su salida a Bolsa, la marca de moda pretende diversificar su producción al tiempo que mantiene el liderazgo en la producción de pantalones masculinos, cuya facturación aumentó un 3% en 2018 comparado con 2017, según el folleto. Asimismo, un porcentaje de dichos ingresos también podría dedicarse a la «búsqueda de adquisiciones ventajosas», aunque el documento no detalla a qué clase de oportunidades se refiere.

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La firma de moda, que cuenta con 15.100 empleados, ganó 283 millones de dólares (250 millones de euros) en su último ejercicio fiscal, cerrado en noviembre de 2018, e ingresó 5.575 millones de dólares (4.900 millones de euros). Sus principales accionistas son Mimi Haas y Margaret Haas, descendientes del fundador de la marca.

Esta no sería la primera vez que Levi cotizase en Bolsa. La compañía, fundada en 1853, debutó en 1971 en la mayor OPV de la historia por entonces: recaudó 50 millones de dólares, a pesar de que los dueños de la firma conservaron una gran parte de las acciones. Sin embargo, a partir de ese momento, los beneficios de Levi comenzaron a caer provocando un desplome de sus acciones. Finalmente, en 1984, los descendientes del fundador, Levi Strauss, privatizaron la empresa mediante una compra apalancada por valor de 1.700 millones de dólares. Ocho años después, adquirieron el resto de acciones que aún poseían los empleados y otros inversores.

Goldman Sachs, JP Morgan, Bank of America Merrill Lynch, Morgan Stanley, Citigroup y otras siete firmas son las encargadas de gestionar la salida a Bolsa de Levi.

Fuente: Cinco Días